Foodie Land

Angus Rouch

Arantxa González Berzunza

Ser amante de la carne es algo que va mucho más allá de simplemente sentarse y comer. Los verdaderos aficionados saben que un buen corte no lo es todo, pues para realmente disfrutarlo es necesario un excelente conocimiento de la parrilla y los puntos de cocción, sin dejar de lado los complementos como ensaladas, pastas y un adecuado maridaje. Todo esto acompañado de un gran ambiente, porque ¿Qué sería de un delicioso T-Bone sin una buena compañía para disfrutarlo?

Y aunque encontrar el lugar que reúna todo lo anterior pareciese simplemente imposible, a tan solo 60 minutos de la capital del estado de Hidalgo, en el municipio de Mixquiahuala, conjuntar sabor, calidad, experiencia y ambiente a cargo de un DJ Residente es posible en Angus Rouch, el steakhouse por excelencia que desde el 2018 se ha encargado de demostrar que es el establecimiento preferido para no sólo degustar una buena comida, sino también de su coctelería tradicional y de autor, además de un sonido envolvente y pantallas de alta definición por doquier.

La historia

¿Alguna vez se han preguntado qué es lo que más le gustaba hacer a un neurocirujano cuando era niño? y ¿Qué tiene esto en común con un steakhouse? Para muchos parecerían dos preguntas completamente aisladas y sin sentido, pero para Gustavo Adolfo Cruz Ortiz, profesional de la neurocirugía y dueño de Angus Rouch, son las que le dan sentido a la historia de una parte muy importante de su vida y la de su esposa Liz.

Todo se remonta a su infancia; nacido y crecido en Mixquiahuala, Hidalgo, Gustavo desde niño tuvo dos grandes pasiones: la comida y la música. Junto a su amigo de toda la vida y actual DJ Residente de Angus Rouch, Benjamín Lugo, siempre disfrutaron de reunirse para escuchar los nuevos lanzamientos musicales de sus favoritos (Luis Miguel, Sin Bandera, etc.), tomar una cerveza y poco a poco valerse de la tecnología para ver los videos del momento y así llevar la fiesta a todos lados. Él sabía que en algún momento iba a ser “necesario” poner un lugar en el que pudieran disfrutar y no se cansaba de repetírselo a Benjamín, quien iba a ser el encargado indiscutible de la música.

Al llegar la etapa universitaria Gustavo cambió de residencia, haciendo de Pachuca la ciudad en la que pasó sus años de estudiante de medicina en los que recuerda que, aunque siempre disfrutó de salir de fiesta, sus calificaciones jamás fueron inferiores al 9. Tras aprobar su examen de especialidad se convirtió en residente del Hospital Juárez de México y fue ahí donde conoció a su esposa, Liz (parte importantísima de Angus Rouch), además de encontrar una de sus pasiones, la neurocirugía. Pero eso sí, sin dejar de lado sus ganas de, en sus palabras, “poner algo”.

Fue así como puso su primera cafetería a dos cuadras del centro Mixquiahuala. Un proyecto totalmente empírico que disfrutó mucho, pero del que estaba consiente no era lo que había imaginado en esas pláticas adolescentes con su amigo Benja.

Continuando con sus estudios y ya en el último año de su estancia en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, recuerda a un profesor que en una ocasión lo llevó a comer una ensalada que decía que, si el paraíso sabía a algo, definitivamente tenía que ser a eso y que ahora se puede degustar en Angus Rouch.

Así como esa anécdota, Gustavo cuenta muchas más que le fueron dando forma a lo que hoy podemos encontrar en este steakhouse y que aun sin un lugar físico, pero tras una plática con su primo José Antonio, chef y asesor de los primeros años del proyecto; la compra de pantallas de alta definición, mobiliario en el que destaca una mesa de madera sólida que vio un día que pasaba por una carpintería, sistemas de sonido y cristalería, sabía que era el momento indicado para hacer su sueño realidad, faltando únicamente el espacio físico para materializarlo. Fue así como en un fin de semana en el que Liz, quien es pediatra, salía de consulta y se topó con el actual domicilio en el que se encuentra Angus Rouch.

El menú

Lleno de anécdotas, viajes y personas, y dividido entre entradas, ensaladas, sopas, pastas italianas, cortes, cortes premium, pescados y mariscos, postres y bebidas; el menú de Angus Rouch es la compilación de los recuerdos y sabores favoritos de sus dueños, con un toque de innovación del personal encargado de la ejecución. Convirtiéndolo, sin dudarlo, en el sueño de todos los que amamos disfrutar de todo un poco, teniendo como estrella principal una carne de muy alta calidad presentada a la mesa para ser seleccionada previa a su cocción, posteriormente cocinada a la perfección y flameada frente a nosotros sobre una tabla de sal del Himalaya. Contando con el plus de un menú digital que describe detalladamente sus platillos, acompañado además de fotografías que nos permiten apreciar cada aspecto.

Al ser el espacio soñado de Gustavo y Liz, los insumos tenían que ser de gran calidad y frescura, por lo cual muchos de ellos son de productores locales. Tal es el caso de la cerveza de la casa, a cargo de Cervecera Los Frailes que, con tintes de cardamomo y amargor ideal, fue creada en su totalidad única y exclusivamente para deleitar a los comensales de Angus Rouch, convirtiéndola en un eslabón más de la experiencia que ofrecen.

También es importante resaltar que, dentro de su menú, los cocteles y postres tienen un papel muy importante, tanto que además de sus fijos, cuentan regularmente con nuevas creaciones de temporada para los más aventureros.

Los sabores de la experiencia

Al ver el menú me fue casi imposible elegir, así que, con la ayuda y recomendación de Gustavo, Liz y el personal, opté por dos entradas: el tradicional queso fundido con chistorra y un delicioso ceviche de atún con camarón sobre tuétanos que el chef Daniel Hernández preparó de manera especial.

Para continuar, resultaba inadmisible no probar la ensalada Paraíso, de la que Gustavo nos había contado la anécdota y que efectivamente fue deliciosa, pero la que me enamoró fue la Príncipe Angus Rouch con su combinación de espinacas con pera pochada, queso azul, nuez caramelizada y aderezo de miel balsámico.

Al momento de las pastas optamos por un clásico reinventado, la Carbonara de la casa que combina espárragos y calabacitas, y la increíble Ciopipino de mariscos con cola de langosta y mix de mariscos.

El corte elegido fue un T-Bone Premium en término medio flameado sobre la mesa, con papas al gratín y puré de pimiento, ideal para compartir.

Para cerrar con broche de oro, Liz nos recomendó el Basquet burnt cheescake y el Especial de chocolate con baño en crema de carajillo, que trabajan en colaboración con Porfirias Postrería.

Las bebidas pasaron por naranjadas, cocteles frescos, carajillos y obviamente la cerveza de la casa.

Los generales

Angus Rouch se encuentra ubicado en Emiliano Zapata sin número, colonia El Bondho, Mixquiahuala de Juárez, Hidalgo.

Cuenta con un horario de servicio de lunes a jueves, de la 1 a 10 pm, viernes y sábado de 1 pm a 12 am y domingo de 1 pm a 10 pm, en el que con todas las medidas de seguridad puedes disfrutar tus alimentos. Ahora que, si lo que quieres es disfrutar de sus especialidades sin salir de casa, también cuenta con los servicios de pick & go y delivery.

El promedio estimado de consumo oscila entre los 500 MXN y los 1000 MXN por persona y brinda la opción de realizar pagos en efectivo, vía transferencia bancaria y con tarjetas de crédito o débito, además de facturación, si así lo requieres.

Te recomiendo destinar de al menos una hora para disfrutar tus alimentos y definitivamente un par más para quedarte a realizar una sobre mesa con algún coctel o postre. Además, al estar equipado con audio y video de gran calidad, el lugar es ideal para ir a disfrutar de partidos deportivos, sus conciertos especiales, música en vivo y de su DJ Residente, además de contar con las condiciones para realizar eventos privados. De manera regular realizan eventos especiales y con causa, por lo cual es importante que estés al pendiente de sus redes sociales y página de internet para no perderte ningún detalle.

Angus Rouch es el pretexto ideal para salir un fin de semana de la cotidianidad de la ciudad, disfrutar de una deliciosa comida y de un ambiente increíble a tan solo una hora de Pachuca. No te quedes sin la oportunidad de vivir esta experiencia culinaria y de disfrutar de un giro a la rutina.

Viviendo en FoodieLand,

Arantxa González Berzunza.

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WEB: www.angusrouch.com

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