Salud mental

La diferencia clave entre estar solo y sentirse solo

Antonia Guci

Estar solo y sentirse solo son dos conceptos que pueden sonar similares, pero que en realidad no lo son.

Por un lado tenemos a la soledad, que está marcada por una sensación de aislamiento y de vacío, como si faltara algo. Por el otro lado, estar solo se trata de estar en soledad, pero sin sentirse solo. Estar solo se podría describir como el arte de disfrutar de nuestra propia compañía.

La pregunta aquí es ¿cómo distinguimos las dos? Bueno, es bastante fácil. La soledad se siente como un castigo; como si alguien nos la hubiese impuesto sin que nosotros la aceptáramos. Estar solo se siente al revés. Es algo que nosotros escogemos y que nos da una paz que nos hace felices.

Todos necesitamos períodos de soledad para procesar los aprendizajes, las lecciones y las experiencias que nos da la vida, pero el mundo en el que vivimos actualmente nos empuja a estar enfocados en el exterior desde que amanece hasta que anochece, así que te voy a dar cuatro razones por las que estar solo, aunque sea de vez en cuando, nos puede ayudar.

1. Mejora la creatividad

Estar solo crea un espacio para que la creatividad florezca. Cuando la mente vaga libremente se ejecutan nuestros pensamientos e ideas de una forma que permite que nuestra expresión se vea libre de prejuicios y barreras.

2. Nos aterriza al presente

El tiempo a solas permite que nuestras mentes se desaceleren y se repongan, lo que da espacio para un pensamiento más claro y la capacidad de estar más presentes en la vida cotidiana. Cuando estamos solos – y lo disfrutamos – aprendemos a estar más atentos a lo que pasa en el día a día.

3. Aumenta la autosuficiencia

Cuando estamos solos tenemos la oportunidad de reflexionar sobre nosotros mismos y la libertad de formar nuestras propias opiniones, independientemente del juicio de los demás. Estar solos nos obliga a resolver problemas y a proponer nuestras propias soluciones a estos.

4. Mejora las relaciones

Cuando nos sentimos cómodos estando solos es menos probable que dependamos de los demás. Esto trae como consecuencia que nuestras relaciones sean mejores porque las expectativas que tenemos para ellas no son tan altas.

La clave para aprender a estar solos es preguntarnos lo siguiente: ¿Es algo que estamos eligiendo para honrarnos a nosotros mismos o es algo que está alimentado la narrativa de que no somos suficiente? Tenemos que recordar que estar solos restaura el cuerpo y la mente, pero la soledad los agota. Si tu tiempo a solas lo experimentas con sentimientos de aislamiento entonces estamos hablando de soledad.

Al cambiar la narrativa – y la perspectiva – y empezar a ver el tiempo a solas como algo que deseamos, cambiamos también la relación que tenemos con nosotros mismos. (Lo que al final termina cambiando todas las relaciones que tenemos con los demás).

Te invito a que establezcas este objetivo para lo que queda de este año: disfrutar pasar tiempo a solas. Encuentra el momento para tener un momento contigo mismo. Si tienes una vida ocupada programa tu tiempo a solas. Anótalo en el calendario como lo harías con una reunión o la entrega de un proyecto.

Si haces que este momento tenga un lugar de importancia y que no sea algo que haces cuando “tienes tiempo”; si lo conviertes en un tiempo intencional que tú escoges para trabajar en ti mismo, te aseguro que estar solo se convertirá en una de las partes preferidas de tu vida.

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