Desde pequeños nos han enseñado que los carbohidratos son malos, que estar a dieta es comer feo y que hacer ejercicio es sufrir; por eso, hoy quiero explicarte que los carbohidratos no son el enemigo.
Los carbohidratos son, en realidad, un gran aliado ya que representan nuestra principal fuente de energía; además, si los comparamos con las grasas, por cada gramo solo nos aportan 4 kilocalorías, en comparación con las grasas de las que un gramo aporta 9 kilocalorías.
Hoy, las calorías no son nuestro principal objetivo y, además, los carbohidratos son más que eso; por ejemplo, la fibra es un carbohidrato y nos ayuda a controlar niveles de colesterol, glucosa, tensión arterial, etc.
El azúcar, por ejemplo, es otro carbohidrato y uno de los más satanizados, sin embargo para algunas personas, en especial deportistas, quienes llevan entrenamientos intensos o de muy larga duración con los que necesitarás reponer la energía; en ese momento no vas a consumir un pan integral que lo que va a hacer es que, por la fibra, la glucosa o azúcar que necesitamos no entre de manera rápida a nuestro sistema; más bien necesitas consumir azúcar pura para que te llene de energía de manera inmediata y puedas cargar un poco más, terminar esa carrera o hacer una repetición más.
Ahora que te expliqué todo esto, seguramente te preguntarás ¿puedo comer carbohidratos incluso si mi objetivo es perder grasa? La respuesta es sí. Lo que necesitarás controlar para lograr cualquier objetivo es la cantidad y ésta dependerá de tu actividad diaria, de tus gustos, de si practicas algún deporte, etc.
En este punto, igual me gustaría aclarar que no hay carbohidratos buenos o malos, como anteriormente mencioné, todo dependerá de cada persona y cada situación.
Algunas fuentes de carbohidratos son los cereales (pasta, arroz, pan, papa, etc), las frutas (manzana, plátano, naranja, fresas, etc) , azúcares (miel, mermelada, gomitas), entre otros.
Muchas veces, cuando estamos “a dieta” solo nos permiten comer ciertas frutas o ciertos cereales, por lo que te puedo decir que si estás en una dieta donde te prohíban cualquier alimento ¡sal corriendo! En una dieta balanceada puedes comer de todo y no necesariamente solo arroz hervido o avena, existen otros alimentos que te aportan la misma cantidad de carbohidratos y de calorías, que a veces se adaptan mejor a tu estilo de vida. Por ejemplo, una tortilla tiene el mismo valor nutricional que una rebanada de pan, que media taza de pasta, un paquete de salmas o que cinco galletas Marías; así como una manzana es igual a medio plátano, dos naranjas, una taza de papaya, etc.
Entonces ¿qué alimento debes elegir? El que más te guste o tengas disponible en ese momento; por ejemplo, si tienes mucha hambre es mejor comer dos naranjas que medio plátano, porque te estará aportando lo mismo, pero tu vas a quedar más satisfecho y sentirás que comes más. Por otro lado, si un día no tienes hambre pues elegirás mejor medio plátano para que así puedas cubrir tu requerimiento del día.
Recuerda que cualquier plan de alimentación se debe personalizar, por eso, busca un profesional para que te ayude a conocer tus requerimientos y con el que puedas comer de todo, que logres tu objetivo, pero sobre todo, que disfrutes el proceso.
“Sexy no es una talla, cada caloría NO es una guerra, tu cuerpo NO es un campo de batalla y tu valor no se mide en kilos” – Desconocido.
Alma Thaís Godínez Garrido - @holyhealth.at