Sin importar qué tan grande es la lesión física y en dónde esté ubicada, las cicatrices causadas por quemaduras, el resultado de una cirugía, acné o una agresión traumática llegan a generar un impacto en la salud emocional y mental de hombres y mujeres.
Así lo aseguraron especialistas en dermatología al mencionar que estas marcas que se ven en forma de alteraciones en la textura, el color y la elasticidad pueden desembocar en un problema médico con potencial de afectar a la autoestima de quienes lo sufren.
“La cicatrización es un proceso de reparación mediante la formación de tejido conectivo fibroso y consta de tres fases: inflamatoria, proliferativa y de remodelación, que actúan para lograr un equilibrio entre el depósito y la reabsorción del colágeno”, dijo el Dr. Abraham Alfaro, presidente de la Academia Mexicana de Dermatología.
Por su parte, el Dr. Jorge Ocampo Candiani, jefe del servicio de dermatología del hospital Dr. José Eleuterio González de la Universidad Autónoma de Nuevo León, explicó las situaciones que pueden afectar el proceso de cicatrización.
“Existen diferentes factores como predisposición genética, ubicación anatómica, excesivas fuerzas de tracción aplicadas sobre una herida, estados de malnutrición, entre otros”, comentó. El Dr. Ocampo.
Además dijo que la cicatrización patológica constituye el desarrollo de cicatrices atróficas, hipertróficas y queloides, por lo que reconocerlas cobra importancia si se desea su mejor tratamiento.
Se estima que al menos el 30 por ciento de la población tiene algún tipo de cicatriz; del 80 al 90 por ciento de las personas que han padecido acné presentan marcas en su mayoría atróficas. Por otro lado, las cicatrices hipertróficas tienen una prevalencia de 32 a 72 por ciento de casos específicos por quemaduras.
Cabe destacar que las cicatrices, especialmente las que se encuentran en áreas visibles pueden causar depresión e incluso suicidio.
Afortunadamente, existen tratamientos que ayudan reducir la visibilidad y apariencia de las cicatrices, con resultados sorprendentes. Sin embargo, su manejo dependerá del tipo de lesión, de la localización anatómica y tamaño, añadió la Dra. Rossana Llergo, presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología.
“Se debe comprender que, aunque una cicatriz no se puede borrar, la combinación de diferentes métodos terapéuticos con evidencia científica logrará una mejoría muy importante en el aspecto y la calidad de vida”, resaltó la Dra. Llergo.
1. Plastias de la cicatriz. Se utiliza en cirugía plástica para cambiar la dirección de estas marcas preexistentes con el fin de ocultarlas dentro de los pliegues naturales de la piel. Además alivia el tejido cicatricial tenso que puede restringir el movimiento normal de la dermis.
2. Parches de silicón. Lo que hacen es producir un aumento de colágeno para que la cicatriz sea más blandita y con ello menos visible. Además, aumenta la elasticidad de la dermis y reduce los cambios de coloración.
3. Corticoides intralesionales. Es un tratamiento que reduce la cicatrización patológica al disminuir la inflamación, mejorando la apariencia de la piel.
4. Enzimas recombinantes (hialuronidasa y colagenasa). Gracias a la combinación de estas enzimas, esta terapia alisa la piel y relaja las fibras de colágeno, reduciendo visiblemente las cicatrices. Es un método indoloro y no requiere tiempo de recuperación.
5. El Láser CO2 fraccionado. Mediante esta técnica se vaporizan los tejidos con gran precisión, activando los fibroblastos y favoreciendo la producción de colágeno. De esta forma, se facilita un proceso de cicatrización más eficiente, logrando el reemplazo de la piel dañada por una dermis mucho más sana y radiante.