Empecemos revisando lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como salud sexual: “Es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud”.
Y, ¿cómo conseguir esta salud sexual? Pues por el principio, practicando el autocuidado, que implica seguir estos tips y recomendaciones que no sólo son muy fáciles de hacer, sino que también harán una GRAN diferencia (y lo notarás).
Cuida tu alimentación
Tener una alimentación balanceada, hacer ejercicio de manera regular, no abusar del alcohol, si se fuma, hay que buscar poco a poco y dejando el tabaco, etc.
No te arriesgues
Poner atención en no realizar prácticas sexuales de riesgo, lo que se traduce en cuidarse utilizando condón interno o externo y barreras bucales cuando se practique sexo oral. Asimismo, hay que tener el hábito de hacernos pruebas de laboratorio de infecciones de transmisión sexual al menos dos veces al año, para asegurarnos que todo está en orden, porque recordemos, algunas de estas infecciones (como el VIH) se tienen de por vida.
Infórmate
También es importante informarnos y conocer sobre todos los métodos anticonceptivos para así, elegir el que más se adapte a nuestros tiempos y necesidades. Todos debemos gozar de la libertad de decidir si queremos o no tener hijos y cuándo deseamos tenerlos.
No olvides al placer sexual
A ver, sentir placer es una experiencia individual, es por ello, que conocer y tocar el propio cuerpo ayudará al descubrimiento de los propios gustos y límites, lo que facilitará la comunicación sexual asertiva con la pareja y resultará en mayor plenitud, porque sí, él placer también forma parte de una buena salud no solo sexual, sino también física y mental.
El consentimiento lo es todo
Practicar en todo momento el consentimiento, es decir, todas las partes involucradas deben estar plenamente conscientes, informadas y de acuerdo en la actividad sexual que se esté realizando, si alguien no quiere “hacer algo”, se deben respetar esos límites, pues no hacerlo, puede interpretarse como violencia sexual.
En fin, existen muchas más formas de ejercer la salud sexual, pero aquí presentamos las más básicas para que a todos, todas y todes nos sea sencillo considerarlas. Debemos hacer de la salud sexual un hábito y darle la atención que se merece, porque es parte de estar plenos y felices.
Por: Marisela Núñez y Roberto Levy, Sexólogos de meibi