Al igual que con muchas formas de cáncer, los síntomas del sarcoma de tejidos blandos pueden aparecer en una etapa más avanzada de la enfermedad, o es posible que el paciente no note ningún síntoma. Si están presentes, las señales también variarán según el tipo de sarcoma y su ubicación.
Dado que los sarcomas de tejidos blandos pueden comenzar en cualquier tipo de tejido blando, incluidos la grasa, los músculos, los nervios y más, estos cánceres pueden crecer en casi cualquier parte del cuerpo. Sin embargo, la mayoría (60 por ciento) comienza en los brazos o las piernas, según la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica. Otras áreas comunes donde se puede desarrollar sarcoma incluyen el torso o el abdomen (donde se presenta el 30 por ciento de los sarcomas de tejidos blandos) y la cabeza o el cuello (10 por ciento).
Los sarcomas de tejidos blandos pueden diseminarse o hacer metástasis más allá de donde comienza el cáncer. La metástasis ocurre cuando las células cancerosas viajan a través del torrente sanguíneo o del sistema linfático y llegan a otras partes del cuerpo.
Cuando los sarcomas de tejidos blandos metastatizan, los pulmones son el sitio más común de diseminación. Alrededor del 83 por ciento de los sarcomas de tejidos blandos metastásicos afectan los pulmones, según una revisión de 2018 en Pharmacy and Therapeutics. Es más probable que ciertos tipos de sarcomas de tejidos blandos se propaguen a otros lugares. Los liposarcomas mixoides pueden diseminarse a la pelvis o el abdomen, mientras que los angiosarcomas o los sarcomas alveolares de partes blandas pueden diseminarse al cerebro.
Afortunadamente este tipo de cáncer es raro, aunque es más común en niños, representando alrededor del 15% de todos los cánceres infantiles. ¡Conoce los síntomas y tipos!
Tipos de sarcoma
Los sarcomas se clasifican como sarcomas de tejidos blandos o de huesos, según el lugar del cuerpo en el que se desarrollen.
- Sarcomas de tejidos blandos: Los sarcomas de tejidos blandos se originan en los tejidos blandos del cuerpo y se encuentran con mayor frecuencia en los brazos, las piernas, el tórax o el abdomen. Los tumores de tejidos blandos pueden ocurrir en niños y adultos.
- Sarcomas óseos: Los sarcomas óseos son tumores óseos primarios, lo que significa que se desarrollan en los huesos. Se diagnostican con mayor frecuencia en niños. Además del osteosarcoma, la forma más común de cáncer óseo primario, existen otros tipos de tumores óseos.
Síntomas de sarcoma
Los primeros signos de sarcoma de tejidos blandos pueden incluir un bulto o hinchazón indoloro. Algunos sarcomas pueden no causar ningún síntoma hasta que crecen y ejercen presión sobre los nervios, órganos o músculos vecinos. Su crecimiento puede causar dolor, sensación de saciedad o problemas respiratorios.
Los síntomas más comunes de los sarcomas óseos incluyen los siguientes:
- Dolor y/o hinchazón en un brazo o una pierna, el tronco, la pelvis o la espalda; la hinchazón puede o no sentirse caliente al tacto
- Un rango de movimiento limitado en una articulación.
- Una fiebre de origen desconocido
- Un hueso que se rompe sin causa aparente
Estos síntomas pueden ser signos de muchas otras condiciones médicas, por eso es importante siempre consultar con tu médico para un diagnóstico adecuado.
¿A quién le da sarcoma?
La mayoría de los sarcomas no tienen una causa conocida, aunque existen varios factores que podrían aumentar el riesgo de que una persona desarrolle un sarcoma. Los factores de riesgo de sarcoma más comunes incluyen los siguientes:
- Historia de la radioterapia. Los pacientes que han recibido radioterapia por cánceres anteriores pueden tener un mayor riesgo de desarrollar un sarcoma.
- Desordenes genéticos. Los pacientes con antecedentes familiares de trastornos hereditarios, como la enfermedad de Von Recklinghausen (neurofibromatosis), el síndrome de Gardner, el síndrome de Werner, la esclerosis tuberosa, el síndrome del carcinoma nevoide de células basales, el Li-Fraumeni o el retinoblastoma, tienen un mayor riesgo de desarrollar un sarcoma.
- Exposición a sustancias químicas. La exposición al monómero de cloruro de vinilo (una sustancia utilizada para fabricar algunos tipos de plásticos), dioxina o arsénico puede aumentar el riesgo de sarcoma. Sin embargo, no se sabe que la mayoría de los sarcomas estén asociados con peligros ambientales específicos.
- Hinchazón a largo plazo. Tener linfedema o hinchazón en los brazos o las piernas durante mucho tiempo podría aumentar el riesgo de desarrollar un sarcoma.
Tratamiento para el sarcoma
El sarcoma se trata con una combinación de quimioterapia, radioterapia y cirugía. La reconstrucción del área quirúrgica generalmente se lleva a cabo al mismo tiempo que se extirpa el tumor.
Su plan de tratamiento y recuperación dependerán de una variedad de factores, incluidos los siguientes:
- Tipo de sarcoma
- Ubicación, grado y tamaño del tumor
- Su edad
- Si el cáncer es nuevo o recurrente
Para los tumores primarios, la radiación se usa junto con la cirugía (ya sea antes o después) para reducir el riesgo de recurrencia del tumor.
Para los pacientes con enfermedad metastásica (cáncer que se ha propagado a otras áreas del cuerpo), la radiocirugía estereotáctica ofrece una alternativa no invasiva a la cirugía. Los pacientes con metástasis aislada pueden tratarse con radiación junto con quimioterapia y radiocirugía estereotáctica. La radiación es una parte esencial del tratamiento de la mayoría de los tumores de alto grado.
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