¿Alguna vez te has despertado por la mañana cansado, de mal humor, con dolor de garganta e incluso tienes sueño todo el día? Debes saber que los ronquidos pueden ser la causa de estos malestares.
Todos estamos familiarizado con este sonido ruidoso. Si no somos los principales culpables, conocemos a alguien que sí lo es... Pero, ¿por qué roncamos? Según una explicación médica, esto se debe a que los músculos del cuello se relajan durante el sueño, pero a veces se relajan tanto que las vías respiratorias superiores se cierran parcialmente y se vuelven demasiado estrechas para el paso del aire, lo que provoca una vibración en la garganta y en consecuencia el ronquido.
Por lo que este acto hace que despertemos o nos impida dormir con calidad, provocando sentirnos cansados, falta de concentración y nuestro estado de ánimo y apetito se vean afectados. Esta condición también puede generar enfermedades cardiovasculares, depresión, diabetes y obesidad.
En México, se estima que cinco de cada 100 mexicanos registran trastornos respiratorios (ronquidos o apneas) que afectan la calidad de vida, esto de acuerdo con la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
¿Qué hacer para dejar de roncar?
Los especialistas del Hospital Houston Methodist recomiendan poner en práctica estos remedios que ayudarán a disminuir los ruidos nocturnos que afectan, tanto a la persona que ronca como para quien duerme a su lado.
1. Tiras o tubos nasales
Son un buen complemento para dejar de roncar, pues ayudan a aumentar el flujo de aire al adherirse al puente de la nariz y abrir los conductos nasales. Los dilatadores nasales llamados conos, se colocan dentro de la nariz y ensanchan esta parte del rostro. Si bien estos dispositivos pueden ser una forma fácil y económica de dejar de roncar, no son efectivos para quienes padecen trastornos del sueño más graves. Estos productos se encuentran disponibles en las farmacias.
2. Trata la congestión nasal
Si la nariz está tapada por mucosidad, recomiendan enjuagar con solución salina ya que puede ayudar. Si padeces de alergias, evitar los ácaros del polvo o usar un medicamento para esta afección. Pero, si el problema es la inflamación de los tejidos nasales, un humidificador o medicamento reducirá este problema. Recuerda que cuando estás congestionado, respirar por la boca durante el sueño en lugar de por la nariz, aumenta la posibilidad de roncar.
3. Cambiar de posición
Suena simple, pero lo cierto que acostarse de lado suele ser mucho más eficaz para calmar o dejar de emitir estos ronquidos. Y es que dormir boca arriba hace que la lengua caiga hacia atrás en la garganta, estrechando las vías respiratorias y obstruyendo parcialmente el flujo de aire, por lo que cambia la posición de lado mantendrá la lengua fuera de las vías respiratorias, lo que brindará un sueño reparador.
4. Dormir lo suficiente
El agotamiento puede relajar los músculos de la garganta y la lengua provocar ronquidos. Para evitarlo, es importante dormir la cantidad recomendada por los especialistas, esto es de de 7 a 8 horas, si no es así, afectará negativamente el sueño y con ello generar estos ruidos nocturnos.
5. Evita el alcohol
Aunque tomar una copa por noche puede parecer una buena forma de relajarse antes de acostarse, el alcohol realmente interrumpe el sueño. Este tipo de bebida deprime el sistema nervioso central y relajan excesivamente los músculos. Cuando los músculos de la garganta se relajan durante el sueño, las vías respiratorias se estrechan y roncan.
6. Bajar de peso
Las personas con sobrepeso tienen dos veces más probabilidades de roncar que las que no lo tienen. La razón es porque llevan grasa extra alrededor del cuello, lo que estrecha sus vías respiratorias y les hace emitir estos molestos sonidos. Así que lo mejor es cambiar de dieta y realizar ejercicio.
Cabe destacar que los ronquidos crónicos pueden ser un signo de una afección médica subyacente, especialmente cuando hay otros síntomas persistentes. Es por esto, que aconsejan acudir con el médico si presentas:
- Dificultad para concentrarte u olvido
- Sequedad de boca o dolor de garganta al despertar
- Somnolencia diurna excesiva
- Hipertensión
- Dolores de cabeza matutinos
- Sueño sin descanso
- Despertarse asfixiado o jadeando