Si cuando te miras al espejo no te gusta lo que ves y te llegas a sentir insegura, podría tratarse de una fobia poco común que tiene a convertirse en un trastorno de ansiedad.
Tratándose de un miedo, pánico irracional y desproporcionado a lo imperfecto, la atelofobia llega a afectar a miles de mujeres en la actualidad porque se llegan a obsesionar por verse impecables.
Se puede llegar a confundir con el perfeccionismo pero, a diferencia, en esta situación si aparece una auténtica ansiedad, reacciones somáticas y conductuales fuera de lo habitual.
También se vincula con los trastornos obsesivos donde existe una preocupación por las propias acciones y existe un elevado nivel de auto-demanda sin embargo con la atelofobia no aparecen obsesiones ni compulsiones como tales.
Con el que guarda un mayor parecido es con el Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad que es más es más estable y sus características están integradas en la personalidad.
Al tener una implicación directa para la autoestima y el autoconcepto personal, es habitual que las personas que lo padecen nunca estén satisfechas consigo mismas y tengan una muy bajo su nivel de amor propio.
Como consecuencia se llegan a presentar síntomas depresivos e incluso cierta irritabilidad y hostilidad no solamente consigo mismos, también con los demás creando severas dificultades en sus relaciones sociales, laborales y de pareja.
Son múltiples los factores que pueden llegar a ocasionar este malestar desde cierta predisposición biológica, la vivencia de determinados sucesos o el aprendizaje de ciertas maneras de actuar por ejemplo una educación excesivamente exigente y rígida.
Para tratar la fobia será fundamental basarse en la exposición a los estímulos temidos de la mano de un profesional, además de que resulta imprescindible trabajar a través de la reestructuración cognitiva con la que se podrá intentar modificar las creencias.