Nuestro aspecto físico y la confianza en uno mismo mejorarán al tener una buena postura, además de que lograremos prevenir lesiones en las articulaciones, músculos y huesos.
Las actividades cotidianas, el uso de dispositivos como el celular y el sedentarismo son factores que van afectando nuestra posición desde una edad temprana, por eso es importante identificarlos y mantener hábitos que nos favorezcan.
Una manera de compensar todas esas horas que pasamos con el cuerpo inmovilizado es con movimientos y estiramientos dentro del mismo lugar de trabajo o estudio, pues así evitaremos reforzar un patrón postural.
Otro pilar importante en la prevención es no tomar la actividad física como un sinónimo de salud, hay que ser consciente del tipo de deporte elegido, así como la frecuencia con la que se realizará, la edad, el calzado y la superficie sobre la cual se trabajará.
Los ejercicios que te mostramos a continuación te ayudarán a mejorar la postura y, además, te permitirá evitar dolores limitantes y desempeñar sin problemas actividades de tu día a día.
Respiración torácica
Existe una estrecha relación entre la forma en que nos sentamos o caminamos y nuestra capacidad respiratoria.
Andar con los hombros hacia adelante y la parte de la espalda encorvada es uno de esos malos hábitos que acaban comprimiendo la caja torácica, es como si te colgaras una mochila muy pesada.
Reserva un momento de tu día para seguir un ejercicio de respiración diafragmática el cual consiste en llevar el aire lo más profundo posible y, después, soltarlo poco a poco en distintas posiciones.
Talón elevado
Esta técnica es muy sencilla, busca que la espalda y los hombres adopten la mejor posición y lo único que tienes que hacer pararte bien derecho, con los brazos pegados al cuerpo y los pies juntos.
Extenderás los brazos hacia el frente y, a medida que los vas elevando a la parte superior de la cabeza, despegas los talones del suelo.
Para finalizar descenderás los brazos poco a poco para volver a la posición inicial. Repite el movimiento cinco veces.
Estiramiento de pecho
Por permanecer sentados durante mucho tiempo en una posición inadecuada, se va produciendo una sensación de pesadez en nuestra espalda, misma que podemos disminuir con estos movimientos.
Extenderás tu brazo sobre el borde de alguna pared o puerta que tengas cerca, luego te inclinarás hacia adelante y rotarás el torso tanto como te sea posible.
Mantén esa misma posición de estiramiento durante unos segundos y repetirás la acción con el otro brazo.
Estiramiento de espalda
A través de este ejercicio de estiramientos, lograrás relajar la región lumbar y el área de los hombros que son de las zonas más afectadas por la adopción constante de malas posturas.
Lo que tendrás que hacer es llevar los brazos detrás de tu cabeza y estirar la espalda sobre una superficie suave. Estírala lo más que puedas y trata de mantener la postura por unos segundos.
Postura corporal de plancha
Se ha hecho bastante popular porque ha demostrado que trabaja gran parte de los grupos musculares del cuerpo, pero específicamente se concentra en la zona media que ocupa un papel fundamental en la prevención de dolores causados por malas posturas.
Elevación de pelvis
También llamado puente, se trata de un movimiento de resistencia que sirve para fortalecer la espalda baja, los glúteos y las piernas.
Al fortalecer estos músculos se aumenta la estabilidad de la zona media y, de este modo, se mejora la postura.
Para hacerlo lo que tienes que hacer es acostarte boca arriba, con los brazos a los costados del cuerpo y las rodillas flexionadas. El apoyo lo tendrás de la planta de los pies y de la parte superior de la espalda.
Posteriormente elevarás la pelvis con cuidado, presionando los pies con fuerza y manteniendo el abdomen contraído. Permanecerás en esa posición durante 20 segundos y regresarás al suelo.
Espalda recta
Sentarse de manera incorrecta produce una presión intradiscal excesiva, así que lo que puedes hacer es sentarte sobre una superficie plana con las piernas estiradas y formarás un ángulo recto entre el torso y las piernas.
Coloca las palmas de las manos sobre el suelo como un apoyo y endereza la espalda, todo esto mientras mantienes tu vista al frente y durante 30 segundos.
La paciencia y la constancia serán fundamentales para que notes los resultados, mismos que beneficiarán tu estética y salud.