Todas las mujeres nos preocupamos por lucir un rostro radiante y libre de impurezas y brillo, pero cómo lograrlo cuando se tiene una piel grasa, en la que suelen aparecer granitos, espinillas, poros dilatados e inclusive brotes de acné.
Afortunadamente, plantas medicinales como la menta suelen ser un gran aliado para combatir y/o controlar este problema que se genera ya sea por la genética, mala alimentación, sobrepeso, trastornos hormonales y en muchos casos, por el estrés.
Es por ello, que esta hierba aromática podemos encontrarla en una serie de productos que benefician a este tipo dermis, ya que contiene grandes cantidades de minerales y vitaminas que ayudan a combatir el acné, así como reducir la inflamación causada por los granos.
Además, la menta tiene propiedades antisépticas, antifungicida, antiinflamatorias y analgésicas, de hecho es utilizada como remedio para dolores estomacales o de cabeza, pero principalmente para tratar pieles grasas donde constantemente aparecen imperfecciones.
Y es que cuando la dermis es grasa o mixta, tiende a combatir la resequedad y los agentes externos a través de la sobreproducción de sebo, dándonos un aspecto brillante y teniendo como consecuencia el desarrollo constante de puntos negros, espinillas, poros abiertos y brillos.
Al utilizarla como parte de la rutina diaria con productos skincare funciona como un refrescante de la piel y ayuda a mantener la humedad en ella. Además, tienes un producto que es astringente, limpia a profundidad, regula la inflamación y equilibra la grasa del rostro.
Sin dejar de mencionar que es antibacteriano, porque evita que se propague la bacteria propionibacterium acné, la cual se queda atrapada dentro de los poros y se reproduce haciendo que la dermis se hinche y enrojezca. Pero sobre todo, no obstruye los poros, evitando la aparición de bultos de grasas, según especialistas de la línea ASH Natural.
Se recomienda no exprimir las espinillas ya que esto podría ocasionar una marca que puede ser más difícil desvanecer con el tiempo. Lo mejor es empezar a cuidarla de forma correcta, limpiándola como requiere y nutriéndola con productos que no aporten más oleosidad. Para ello, te invitamos a seguir los siguientes pasos:
•Lava tu rostro por la mañana y noche con un champú especial para piel grasa.
•Después de lavar la cara, aplica una loción humectante ligera y libre de aceites que refresque tu piel.
•Usa diariamente un suero hidratante que mantenga los niveles adecuados de agua en la dermis.
•Controla el brillo y evita la deshidratación profunda, usando al menos una vez a la semana un exfoliante, principalmente los que cuentan con partículas de cuarzo pulidas que no dañan la piel y poco a poco remueve las células muertas beneficiando al rostro.
• Aplica una mascarilla que regule la cantidad de grasa y suavice la piel