Pilates es más que ejercicio, es movimiento, alineación y bienestar. Con 25 años de experiencia, María Huerta ha perfeccionado esta técnica, consolidado un exitoso estudio y se ha posicionado como una de las instructoras más destacadas de la ciudad.
María, ¿cómo y cuándo descubriste el pilates?
Descubrí pilates hace 25 años, cuando me invitaron a participar en un curso mientras estudiaba la carrera de Danza Contemporánea en la Escuela Superior de Música y Danza.
¿Qué fue lo que te inspiró y motivó a seguir una carrera en el mundo del pilates?
Fue la fuerza que sentí en mis clases de Contemporáneo después de solo un fin de semana de curso. Eso fue lo que me motivó a estudiar las certificaciones.
Platícanos, ¿cuándo y por qué fue que tomaste la decisión de abrir tu estudio?
Llevaba tiempo dando clases en varias academias de danza y estudios, hasta que compré mi primer Reformer. Empecé dando clases personalizadas en mi casa con amigos y conocidos, después fui comprando los demás aparatos. Y gracias a las buenas recomendaciones y buenos resultados, fue que decidí moverme al estudio en el que estoy ahora en Punto Lomas.
A lo largo de estos 25 años de carrera en pilates, ¿cómo ha evolucionado tu enfoque, técnica y práctica?
Mi enfoque siempre ha sido constante, sanar cuerpos, promoviendo la flexibilidad de la columna y fortaleciendo el centro, así como los músculos de manera alineada para prevenir futuras lesiones. Además, con el tiempo y la experiencia, he perfeccionado mi técnica, adaptándola a las necesidades de cada persona.
¿Cuál ha sido el mayor desafío que has enfrentado durante tu carrera en pilates?
Mi mayor desafío ha sido enfrentarme a mí misma, sobrellevando un tema de salud y varias cirugías. En ese proceso, la técnica de pilates se convirtió en una herramienta esencial para mi rehabilitación, ayudándome a recuperar la movilidad y alcanzar el mismo nivel de movimiento corporal que tenía antes.
¿Puedes compartirnos una anécdota memorable que haya marcado un antes y un después en tus 25 años de trayectoria?
Hay muchas historias muy similares, pero me acuerdo de un cliente que llegaba en silla de ruedas porque no tenía fuerza y no podía estirar las piernas; poco a poco, fue mejorando y dejó de necesitarla. Hoy es una persona fuerte, con una postura increíble, mucha más movilidad y total autonomía.
¿Cómo describirías tu estilo o filosofía personal dentro del método pilates?
Siempre he dicho, más no es mejor. Lo importante es la calidad y la conciencia de cada movimiento.
Confiésanos, ¿cómo es que te mantienes vigente tras 25 años?
Mi principal prioridad siempre ha sido cuidar los cuerpos, asegurándome de que los clientes terminen cada clase sintiéndose mejor y con una sensación de bienestar.
¿Cómo adaptas los ejercicios de pilates a las necesidades específicas de cada alumno?
Me aseguro de ajustar los niveles en mis clases para que todos los clientes puedan avanzar juntos y así evitar cualquier riesgo de lesión.
El pilates es conocido por ser muy preciso y técnico. ¿Cómo logras que tus estudiantes se mantengan motivados mientras perfeccionan los movimientos?
Me esfuerzo por explicar con detalle la base de la técnica, abarcando aspectos como la respiración, la flexibilidad de la columna y la correcta colocación del cuerpo. Me gusta asegurarme de que comprendan el propósito de cada movimiento, mientras hago un millon de correcciones. Sin embargo, al final, es el resultado visible en el cuerpo de mis clientes lo que realmente los motiva.
¿En qué medida crees que pilates puede ser complementario a otras disciplinas de ejercicio, como el yoga o el entrenamiento de fuerza?
En mi experiencia, creo que pilates es el entrenamiento más completo para cualquier deporte o actividad física porque trabajas fuerza y flexibilidad. He trabajado con gente de diferentes disciplinas y siempre hemos visto grandes resultados.
¿Cómo detectas el progreso de tus estudiantes? ¿Qué indicadores observas en sus resultados físicos y mentales?
Lo primero que observo es la movilidad de la columna, mientras que al mismo tiempo se fortalece el abdomen. Los movimientos empiezan a ser más controlados, sus músculos se alargan y se compacta su cuerpo. Cuando logramos esa flexibilidad, fuerza y alineación, es cuando hay una conexión entre el cuerpo y la mente.
¿Has incorporado alguna innovación o nueva herramienta en tu práctica de pilates a lo largo de los años?
Lo que he incorporado creo que es muy mío, hacer danza con los ejercicios de pilates. La danza, que siempre ha sido mi pasión, me llevó a descubrir el pilates, una práctica que me dió fuerza, flexibilidad y un control absoluto de mi cuerpo.
Antes de integrarlo a mi rutina, solía dedicar varias horas a ejercicios de cardio, pesas y danza; sin embargo, al comenzar con pilates, me di cuenta de que no era necesario invertir tantas horas para obtener resultados más profundos y duraderos. Hasta el día de hoy, el pilates ha sido la clave para mantenerme física y mentalmente saludable.
En tu opinión, ¿por qué el pilates es una práctica tan efectiva para mejorar la postura y la alineación del cuerpo?
Porque la técnica de pilates ayuda a fortalecer de manera uniforme todos los músculos, incluso los más internos, lo que aporta a lograr una postura alineada.
¿Qué consejo le darías a alguien que está considerando iniciar pilates para mejorar su bienestar general?
Que no le piense ni tenga miedo de comenzar. La técnica pilates fue creada para rehabilitar y es muy noble. Joseph Pilates solía decir “la salud física es el primer requisito de la felicidad”
A lo largo de estos años, ¿has desarrollado proyectos, programas o cursos propios?
He tenido la suerte de dar muchos entrenamientos a varias compañías de danza y también de ofrecer cursos en otras ciudades.
Este 2025 quiero darles la misma oportunidad que a mí me dieron hace tantos años; por eso, me emociona contarles que mi maestra, Dolly Kelepecz, vendrá a mi estudio para dar una certificación de Pilates Reformer y anatomía.
¿Cuáles son tus planes y metas para este 2025 en el mundo del pilates?
Mi objetivo es seguir dando clases y ofrecer más certificaciones, con el fin de contar con más instructores debidamente capacitados. Esto nos permitirá seguir ayudando a un mayor número de personas a sentirse y verse mejor. Lo fundamental es mantenernos fieles al propósito original con el que se creó la técnica.
¿Qué consejo le darías a tu “yo” más joven cuando comenzaste en pilates?
Me diría que mantenga mis objetivos claros y que no me deje desanimar. Además, me hubiera encantado tener todos los conocimientos que he ido adquiriendo durante estos 25 años de experiencia.
Por último, ¿qué legado te gustaría dejar a cada uno de tus alumnos?
Mi legado es que mis clientes sean conscientes de la gran capacidad que tienen sus cuerpos. Mi mayor satisfacción es saber que he ayudado a muchas personas a rehabilitarse y a recuperar poco a poco su autonomía.
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