Definitivamente, tener un perro en casa es algo que nos hace muy felices, nos da paz y tranquilidad con solo su presencia, ahora imagina cuando interactuamos con él, pues se ha demostrado mediante estudios que este vínculo con tu mascota mejora nuestra salud y bienestar en general.
Son animalitos que nos ayudan a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión… en sí, son ideales para mantenernos sanos física y mentalmente. Sin embargo, ellos también enferman, se constipan, sufren artrosis, padecen diabetes, dolencias cardíacas e incluso desarrollan tumores, y en este sentido, el linfoma es uno de ellos.
Pero, queremos tanto a nuestros perros que al oír que tiene un linfoma, un tipo de cáncer, nos invade el miedo y la incertidumbre que algo pueda pasarle, por eso es importante estar atentos a ciertos comportamientos, gestos o reacciones de nuestro amigo peludo para detectar si acaso presenta esta enfermedad.
De acuerdo con la organización Morris Animal Foundation, especializado en investigar todo tipo de enfermedades animales, menciona que el linfoma canino representa hasta un 24 por ciento de todos los cánceres diagnosticados en perros, tiene cura y por esto debemos aprender a identificar sus síntomas para detectar a tiempo el padecimiento.
¿Qué es el linfoma? Según los expertos es un cáncer de un tipo de glóbulo blanco que se encuentra tanto en la sangre como en el sistema linfático. Aseguran que hay más de 30 tipos de linfoma descritos en perros y puede afectar a cualquier raza y edad, sin embargo es muy frecuente que se presente en mascotas mayores o de mediana edad, con un promedio de 6 a 9 años.
Además, existen razas más propensas a padecerlo como el bóxer, el bullmastiff, el basset hound, el san bernardo, los terrier escocés y airedale, el golden retriever y el bulldog.
Así que, en el marco del Día Mundial del Linfoma, a conmemorarse el 15 de septiembre y que tiene como finalidad concienciar y dar a conocer a la población sobre esta enfermedad, así como reconocer sus síntomas a tiempo para realizar un diagnóstico y tratamiento oportuno, te diremos cómo identificarlo.
1. Pérdida de peso. Cualquier adelgazamiento en el amigo de cuatro patas no planeado o no supervisado por el veterinario debe ser motivo de examen, ya que puede ser síntoma de un linfoma.
2. Letargia. Un perro aletargado parecerá adormilado, “apagado” o indiferente a diferentes estímulos visuales o auditivos de su alrededor. Síntoma que indican acudir inmediatamente al veterinario.
3. Anorexia. Cuando el perro padece de un linfoma rechaza completamente su alimentación, bajando de peso drásticamente, por lo que llevarlo con el veterinario es fundamental para evitar que el animalito pueda caer en un estado de desnutrición que agrave aún más su enfermedad.
4. También existen otros síntomas menos comunes que se producen en algunos tipos concretos de linfoma, como la inflamación de ganglios linfáticos, los vómitos y la diarrea (si afectan los ganglios linfáticos del tórax).
5. Además, la dificultad para respirar (si el cáncer afecta los ganglios linfáticos del tórax).
Para diagnosticar el linfoma canino, el veterinario nos solicitará una combinación de análisis de sangre, ultrasonidos de ganglios linfáticos y órganos internos, biopsias o pruebas especiales en las células cancerosas.
Una vez que se realiza el diagnóstico, el tratamiento a seguir consistirá en quimioterapia que, si se lleva al pie de la letra, se consigue una remisión completa entre un 80 a 90 por ciento de los perros, con un tiempo de supervivencia promedio de 10 a 12 meses, y de dos años en el 20 a 25 por ciento de los casos.
Cabe resaltar que sin tratamiento, nuestro amigo de cuatro patas vive solo de 4 a 6 semanas en promedio.