¿Qué efectos saludables tiene la inulina de agave?

WELLNESS

Científicos mexicanos han encontrado que tomar inulina de agave diariamente ayuda a disminuir problemas digestivos como la inflamación, a prevenir el estreñimiento y a aumentar la sensación de saciedad, entre otros beneficios.

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La inulina de agave es una fibra soluble muy benéfica para la salud digestiva (Foto: Cortesía)

Nuestra salud está ligada al tipo de alimentos que consumimos. Desde hace tiempo sabemos que la ingesta de fibra es muy importante y también, que los mexicanos ya no la consumimos en suficiente cantidad, porque hemos cambiado nuestra dieta tradicional por otra más rica en grasas, carbohidratos refinados y azúcares. 

Para resolver este problema, debemos comer alimentos que contengan harinas integrales y granos de diferentes cereales, así como nopal, frijoles y un variado grupo de vegetales, que son de gran ayuda.


LA FLORA INTESTINAL

Recientemente se ha presentado un avance sorprendente en el conocimiento sobre la importancia que nuestra microbiota, conocida como flora intestinal, que juega un importante papel en la salud.

 

"El tipo de microorganismos que colonicen nuestro intestino es crucial para mantenernos sanos", afirma la doctora Gabriela Ramos Clamont, investigadora y especialista del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C.

La doctora afirma que estos microorganismos son muy importantes porque establecen un diálogo molecular con nuestras células, ayudando a nuestro sistema de defensa intestinal a mantener sanas las células del colon, a manejar mejor el metabolismo de las grasas y a suprimir bacterias dañinas o patógenas. 

INULINA DE AGAVE

La investigadora indica que estos microorganismos se encuentran distribuidos en todo nuestro sistema digestivo, pero se concentran en mayor proporción en el colon. Y para que sus poblaciones se mantengan, debemos darles ciertos alimentos o fibras solubles, como la inulina de agave.

"Este tipo de fibras también se conocen como prebióticos, porque inducen el crecimiento de microorganismos buenos. Nuestras enzimas digestivas no pueden metabolizar los prebióticos, así que llegan al colon casi intactos, donde sirven de alimento para la microbiota intestinal benéfica, que los metaboliza en ácidos de cadena corta. Estos ácidos, cambian el pH del medio y este cambio tiene un efecto muy importante, ya que mejora considerablemente la absorción de calcio, magnesio y hierro", explica.

Ramos Clamont señala que los ácidos grasos también disminuyen las poblaciones de microorganismos malos llamados patógenos, evitando que se adhieran a nuestro intestino y nos causen alguna infección. Además, ayudan a que los colonocitos o células del colon se mantengan saludables, disminuyendo la posibilidad de que se conviertan en células malignas.


"Algo que no debemos olvidar, es que también contribuyen a disminuir la inflamación, a prevenir el estreñimiento y aumentan la sensación de saciedad o llenado del estómago", agrega.

La inulina se puede encontrar en la cebolla, chicoria, alcachofas, puerro, cebada, centeno y agave, principalmente. Comercialmente podemos encontrar en el mercado inulina de chicoria e inulina de agave.

"El efecto en la salud de estos fructanos es muy similar, puedes optar por esta opción y generalmente se recomienda entre 8 y 12 gramos diarios, esto es el equivalente a una cucharadita, aunque para empezar es mejor hacerlo con media cucharada e ir aumentando paulatinamente", indica la especialista.


ESTILO DE VIDA SANO

La doctora considera que seguir un estilo de vida sano es importante para todas las edades y que si tenemos una ingesta adecuada de prebióticos desde la adolescencia podemos, por ejemplo, prevenir la osteoporosis.

"A medida que envejecemos, las poblaciones de microbiota intestinal benéfica van disminuyendo y empezamos a tener problemas intestinales, nos volvemos más susceptibles a las enfermedades, absorbemos menos minerales y nuestro sistema inmune está más débil", indica.


Por ello, una manera de mantener estas poblaciones activas es proporcionándoles alimento a través del consumo de prebióticos.

"Los científicos hemos encontrado microbiotas intestinales muy diferentes en personas enfermas, comparadas con las de personas sanas. Esto incluye, por ejemplo, a las microbiotas de personas obesas, diabéticas, con artritis, autismo, síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn, depresión, Parkinson, Alzheimer, entre otras. El consumo de prebióticos no cura estas enfermedades, pero puede ayudar a una mejor calidad de vida", finaliza.

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