Tomas café para animarte por la mañana y superar la depresión de media tarde. Pero resulta que hay otra buena razón para hacer del café parte de tu rutina diaria: la salud de tu hígado. Y es que, hoy en día, hay mucha evidencia de que esta bebida es mucho más buena para la salud, que muchas otras.
Si bien muchos lo toman como una bebida energizante o simplemente relajante, hay pocos que la consideran benéfica. De hecho, hay algunos que creen que atrae más desventajas que ventajas, pero afortunadamente hay un gran vínculo entre el café y el hígado graso que vale la pena dar a conocer aún más.
La relación del café y el hígado graso
El café es una de las bebidas más populares del mundo. Eso ha llevado a muchos investigadores a explorar sus efectos en la salud. En general, esos estudios han sido muy positivos, siempre y cuando no se tome el café con tanta frecuencia. Sin embargo, para el hígado tiene beneficios muy específicos.
De acuerdo a los expertos de Cleveland, el café es especialmente útil cuando se trata de la enfermedad del hígado graso no alcohólico, la cual ocurre cuando se acumula grasa adicional en las células del hígado.
De acuerdo a un consenso hecho en el 2018, esta enfermedad afectaría a un tercio de la población mundial y México es uno de los países cuya población reúne los factores de riesgo para que prevalencia pueda superar el 20%. Y, aunque es una enfermedad silenciosa, con el tiempo, puede causar cirrosis o cicatrización del hígado, la cual puede provocar cáncer de hígado o insuficiencia hepática.
Afortunadamente, el café podría ser un aliado, aunque no una cura, pues existe una investigación que muestra que las personas que beben mucho café tienen un menor riesgo de desarrollar la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
El café parece proteger a las personas que ya tienen problemas hepáticos. Hay evidencia de que el café es beneficioso para las personas con hepatitis C, un virus que infecta el hígado y puede provocar cirrosis y cáncer de hígado.
Además, en las personas que ya tienen la enfermedad del hígado graso no alcohólico, el consumo regular de café reduce las probabilidades de desarrollar cirrosis. Y entre las personas que tienen cirrosis, las que beben más café tienen menos probabilidades de morir a causa de la enfermedad.
¿El café descafeinado es bueno para el hígado?
Lo siento, tendrás que buscar las cosas de alto octanaje. Gran parte de los efectos beneficiosos del café sobre el hígado provienen de la cafeína. Y es que, tienes que consumir café normal, no descafeinado, todos los días para obtener los beneficios para el hígado, puesto que hay algo inherente en la cafeína que es útil para el hígado.
Hay otros ingredientes beneficiosos también. El café contiene antioxidantes y otros compuestos que juegan un papel importante en la disminución de la inflamación del hígado.
Cómo tomar café para el hígado
¿Cuánto café deberías tomar para aprovechar estos beneficios? En este caso, menos no es más, pues los expertos de Cleveland recomiendan al menos tres tazas todos los días para ayudar a prevenir problemas hepáticos. Y si tienes hepatitis o enfermedad del hígado graso, aún más, hasta cuatro, cinco o incluso seis tazas al día, podría ser útil.
Sin embargo, no todos pueden manejar tanto café sin rebotar en las paredes (o algo peor). Y es que, el consumo de cafeína puede desencadenar dolores de cabeza, dificultad para iniciar el sueño, ansiedad y nerviosismo en algunas personas.
Por si eso no fuera poco, si tienes un ritmo cardíaco irregular u otros problemas cardíacos, el exceso de café puede ser peligroso. El café también podría causar problemas si tienes cáncer de pulmón. En tales casos, mantente alejado hasta que hables con tu médico para que te lo aconseje.
Y si puedes tomar café sin problemas, olvida la crema y el azúcar. Dado que las personas con enfermedad del hígado graso a menudo tienen problemas como diabetes y obesidad, es especialmente importante no agregar grasa ni azúcar adicionales a tu café. En estos casos, el café negro es lo mejor, pero si no puedes soportarlo negro, cambia el azúcar por edulcorantes artificiales. Añade leche desnatada o leche vegetal en lugar de crema.
¿Lo sabías?