Hoy, 21 de diciembre, inicia la temporada más fría del año y tendrá una duración de 88 días, ya que terminará el próximo 20 de marzo; pero mientras esto sucede es importante saber que durante este período nuestro cuerpo puede experimentar diversos cambios debido a las bajas temperaturas.
Si bien el sentir frío es una sensación desagradable, hay estudios científicos que avalan que estar a bajas temperaturas tienen algunos beneficios para la salud como elevar el metabolismo, reforzar el sistema inmune y quemar calorías.
Además, de mejorar las capacidades mentales. Según un estudio de la Universidad de Stanford, el sentir frío nos hará estar más lúcidos, tomar mejores decisiones y resolver problemas de mayor complejidad con más facilidad.
Y esto es debido a que el cuerpo humano es muy sabio, ya que tiene mecanismos de defensa para mantener la temperatura corporal. El hipotálamo por ejemplo, y de acuerdo a explicaciones médicas, es el encargado de conservar el calor en el cuerpo. Mantiene el suministro de sangre a las extremidades.
¿Cuáles son los cambios que suceden en el cuerpo durante el frío?
Se encogen los dedos
Seguramente te has dado cuenta que, cuando introduces tus anillos en los dedos de las manos te quedan grandes en los días de frío, algo que no sucede en época de calor pero sí en invierno, y esto se debe a que los vasos sanguíneos tienden a contraerse para conservar el calor dentro del cuerpo. Esto hace que llegue menos flujo sanguíneo a las extremidades, lo que provoca la sensación de que se encogen los dedos.
Dolor en las extremidades
Este fenómeno se conoce como la enfermedad de Raynaud, que hace que tu cuerpo se sienta adormecido y frío con el estrés o el clima frío. En concreto, afecta a las manos, los pies y las orejas, y se debe a que las arterias más pequeñas se contraen en exceso como respuesta al frío. Estas molestias pueden resultar dolorosas pero no son peligrosas y se puede evitar, utilizando la ropa adecuada y no exponerse mucho tiempo a temperaturas bajas.
Por qué tiemblas
Por instinto, cuando tenemos frío nos movemos, es decir, frotamos nuestras manos, movemos las piernas y lo brazos, etc., esto es porque al estar en movimiento generamos calor. Y es que el hipotálamo da orden a los músculos de contraerse rápidamente. Por esa razón, cuando tenemos frío nos encogemos y sentimos entumecimiento. Y las contracciones de los músculos transforman energía en calor y permiten mantener la temperatura corporal.
Puede afectar la visión nocturna
De acuerdo con especialistas en la salud, la exposición a temperaturas excesivamente frías, viento y nieve puede afectar a la visión. Por eso, si tienes pensado realizar deportes de invierno es importante usar gafas todo el tiempo que sea posible.
Se pone la cara roja
Es normal que a causa del frío la nariz se ponga roja o las mejillas se coloreen. Esto se debe a que la sangre de esas zonas se redirige a órganos vitales como el corazón y los pulmones. Cuando se entra en calor, la sangra empieza a reubicarse y durante ese proceso se continúa rojo.
Sentir hormigueo y la palidez
Una de las explicaciones médicas es que, para no perder temperatura corporal, se activan otros mecanismos como el "redirigir" la sangre para evitar al máximo que pase por zonas cercanas a la piel, que está en contacto directo con el frío.
Para lograrlo, los vasos sanguíneos más externos se contraen. Y esa es la razón por la que la circulación a los dedos disminuye, y también el motivo por el que puedes percibir hormigueo. Mientras que, la palidez que se produce en la piel cuando hace frío también resulta de la reducción del flujo de sangre por el conjunto de vasos sanguíneos de la piel.
Riesgo de sufrir infarto
El esfuerzo realizado por el corazón para mantener la temperatura puede resultar excesivo en un corazón débil (por una enfermedad o por la edad) y puede provocar más eventos cardiovasculares; por ejemplo, la aparición de un infarto o angina de pecho.
Sentirte decaído
La disminución de las horas de sol y, por tanto, la llegada de las bajas temperaturas, afecta al ánimo es lo que se conoce como depresión invernal. La falta de vitamina D puede ser una de las razones por las que se dan estos síntomas, que pueden ser leves o severos, y en los casos más extremos se produce un trastorno afectivo estacional, un problema de salud mental relacionado con la depresión que tiene lugar en los meses de frío.
"Piel de gallina"
Aislar la piel es otra forma de evitar que el calor del cuerpo "se escape" en contacto con el frío del ambiente. Y es que, cuando hace frío unas diminutas fibras musculares localizadas en el folículo del pelo también se contraen. Como consecuencia, el pelo se eriza y al hacerlo, bajo él se crea una capa de aire que aísla la piel térmicamente y evita que se escape el calor.
Otros cambios
En los períodos de bajas temperaturas también podemos presentar episodios de dolores de cabeza y migrañas. Además, de acentuar la ansiedad, irritabilidad y la agresividad. La falta de vitamina D puede ser un factor influyente. Así como la disminución de calorías, pues el frío nos lleva a consumir más energía, ya que es necesario su gasto para mantener el calor.