En México, se ha registrado la presencia de dos casos de una nueva variante del COVID-19, identificada científicamente como EG.5, aunque también es llamada popularmente como ‘Eris’. Esta cepa ha llamado la atención tanto de médicos como científicos debido a sus características que tiene, así como a su rápida propagación, pero ¿es mortal? y ¿qué tan peligroso es para la humanidad tras varios años de pandemia?
¿En dónde se originó Eris?
La variante Eris, fue inicialmente detectada en China, Estados Unidos y Canadá, aunque ha cobrado impulso en más de 50 naciones alrededor del mundo, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha catalogado como una variante de interés, principalmente debido a su increíble capacidad para transmitirse de manera eficiente y su habilidad para evadir la inmunidad que se ha adquirido a través de la vacunación o infección previa.
¿Cómo llegó Eris a México?
De acuerdo con los datos recabados por la plataforma GISAID (Iniciativa Global para el Compartir de Datos de Influenza), la variante Eris ingresó a México en junio y se propagó en la Ciudad de México.
Esto es algo que ha generado preocupación en las autoridades sanitarias mexicanas, quienes comenzaron a monitorear de cerca la situación y a tomar medidas preventivas para contener su difusión.
Síntomas de Eris
Los individuos afectados por la variante Eris han presentado una serie de síntomas específicos. Entre estos, se destacan la fiebre, dolor de cabeza y dolores musculares en todo el cuerpo. Además, se ha reportado la presencia de dificultades respiratorias, tos persistente, estornudos y producción excesiva de mucosidad.
¿Qué dice la OMS de Eris?
La Organización Mundial de la Salud ha emitido una evaluación preliminar sobre la variante Eris. Aunque esta variante muestra una alta tasa de propagación, la OMS ha indicado que no parece representar una amenaza sustancialmente mayor para la salud pública en comparación con otras variantes previamente identificadas.
De hecho, esta variante ha sido identificada como la más prevalente en los Estados Unidos, constituyendo más del 17 por ciento de los casos estimados en dicho país. Se ha asociado con incrementos en los casos de COVID-19 y se ha observado su presencia en naciones como China, Corea del Sur, Japón y Canadá.
Las pruebas disponibles sugieren que la variante EG.5, o Eris, no presenta riesgos potencialmente peligrosos para la salud pública en comparación con otras variantes descendientes de Omicron que están circulando actualmente.
Sin embargo, su rápida propagación es un factor a tener en cuenta, hasta el momento no se han identificado características que la distingan como una amenaza única y crítica.