5 remedios para aliviar el dolor de pies

WELLNESS

El uso de zapatos inadecuados, el sobrepeso y otros factores pueden provocar esta dolencia. Afortunadamente, existen medidas que pueden ayudar aliviarlo

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Entre las causas que provocan el dolor de pies, está el uso de un calzado inapropiado (Foto: Getty Images).

Desde el uso de zapatos inapropiados hasta el peso de uno mismo puede incidir en la aparición del dolor de pies, esa sensación desagradable que podemos sentir en el arco, talón, la planta, el empeine o los dedos, la cual nos genera incomodidad para caminar y realizar nuestras actividades.

Esta dolencia puede ir desde leves hasta severos dependiendo de qué lo causa, pues existen factores que provocan este malestar, entre ellos el sobrepeso y la obesidad, estar de pie durante largos períodos de tiempo, una lesión, zapatos que no ajustan bien o que no tienen mucha amortiguación, caminar demasiado u otras actividades deportivas.

Pero también suele ser por traumatismo, callosidades, juanetes y otras patologías como artritis, esguince, problemas de los nervios, retención de líquidos, etc., pues recordemos que cada uno de nuestros pies tiene 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones, músculos y ligamentos. Por ello pueden afectarle muchos problemas de salud.

Acudir al médico es fundamental para determinar las causas del dolor y comenzar un tratamiento adecuado. Adicionalmente, como medida complementaria existen remedios naturales que puedes probar en casa para aminorar este mal.

1. Agua fría y agua caliente


Esta terapia resulta ser muy efectiva, debido a que el calor ayuda a mejorar la circulación sanguínea, mientras que el frío reduce la inflamación.

Para llevar a cabo este remedio basta con llenar un recipiente con agua muy fría y otro al lado con agua caliente pero soportable. Y sentados en una silla, sumergimos los pies durante tres minutos en el agua caliente. Acto seguido, metemos los pies en el agua fría durante al menos diez segundos. Repetimos este proceso dos o tres veces más y terminamos con agua fría.

2. Baño con jengibre

El jengibre es conocido por sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias. Así que si sentimos dolor de pies después de un largo día de actividades, este remedio nos ayudará, solo hay que ralla una buena cantidad de jengibre en aproximadamente 2 litros de agua hirviendo. Cuando esté tibia, introducimos los pies y masajeamos; esto activará la circulación.


3. Vinagre


El vinagre ha sido tradicionalmente usado para muchos tratamientos. Tiene la capacidad de reducir la inflamación y se usa para el dolor de pies causado por esguinces o distensiones.

Para realizar el tratamiento, llenamos una bañera con agua caliente y añadimos dos cucharadas de vinagre. También podemos agregar sales de Epson o sal convencional al agua; y dejamos los pies reposar sumergidos durante veinte minutos. Para obtener resultados, repetimos este remedio tres o cuatro veces cada día.

4. Aceite de clavo

Es muy efectivo en tratamiento de dolores de cabeza, dolores articulares, pie de atleta, hongos en las uñas, y también para aliviar el dolor de pies. Sus propiedades para mejorar la circulación sanguínea hacen que sea muy útil en variedad de situaciones.

Para lograr un alivio rápido, debemos dar masaje los pies con este aceite. De esta manera, estimularemos el riego sanguíneo y se relajará la zona. Se recomienda hacerlo varias veces al día.

En el caso de piel sensible o tenemos alguna herida en el pie, es mejor diluir tres gotas de aceite de clavo en una cucharada de aceite de oliva virgen o aceite de coco. Después damos masaje a esta zona del cuerpo.

5. Ejercita tus pies



Unos pies sanos y fuertes sufrirán menos dolor y por ello los especialistas de la salud recomienda realizar este tipo de ejercicios para mejorar la musculatura.

  • Colocamos una pelota de tenis sobre el suelo y apoyamos la planta del pie desnudo sobre ella, la hacemos rodar masajeando el arco del pie, desde el talón a la punta.
  • Acostado o sentado en el piso, con las piernas estiradas y la punta de los pies hacia arriba, estiramos hacia adelante y volvemos a la posición inicial.
  • Sentado en el piso o la cama, giramos los pies de modo de describir círculos, lo más amplios que te sea posible.
  • Siempre con los pies desnudos, sentado en una silla o el piso, flexionamos los dedos como si quisieras agarrar algo con ellos; podemos agregar una toalla o una pelotita, e intentar tomarla con los dedos.


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