Aunque sabemos que la piel es nuestra primera y mejor defensa frente a las agresiones externas, muy poco hacemos por protegerla de los rayos del sol, por lo que esta exposición excesiva y prolongada puede causarle serios problemas, e incluso enfermedades que ponen en riesgo la vida.
Se estima que durante sus primeros 18 años una persona recibe el 80 por ciento de la radiación que percibirá a lo largo de su vida; y con ello, sino se tienen los cuidados como el uso del protector solar, el riesgo de padecer diferentes lesiones e incluso cáncer de piel es latente.
En conferencia de prensa, el Dr. Alejandro García Vargas, médico dermatólogo y secretario de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FDM), mencionó que “el sol es importante porque nos ayuda -por ejemplo- a la síntesis de vitamina D, pero en exceso es perjudicial. Actualmente la radiación ultravioleta pasa la atmósfera de forma más directa y afecta nuestra piel”.
En este sentido, indicó que las quemaduras solares, la erupción lumínica polimorfa, la fotodermatosis, el melasma, el aumento de fotosensibilidad por padecimientos crónicos y el envejecimiento son algunos de los trastornos de la dermis relacionados con la radiación.
“Las quemaduras por exposición solar de primer y segundo grado, siguen siendo motivo de consulta a pesar de las campañas para incentivar hábitos de fotoprotección”, comentó.
Además dijo que el fotoenvejecimiento, queratosis actínicas y cáncer de piel son otro de los efectos adversos sobre la salud.
“El 90 por ciento del envejecimiento cutáneo es por exposición crónica a RUV, causa la destrucción del colágeno y ácido hialurónico de la piel por diversas alteraciones bioquímicas y del DNA. Incluyen arrugas finas y gruesas, piel con textura rugosa, pigmentación moteada, lentigo (manchas grandes similares a pecas), piel cetrina y telangiectasias”, agregó el Dr. García Vargas.
Y es que las nubes y la contaminación, así como la altitud, latitud pues más cerca del ecuador más intensa es la radiación (5 veces más que en los nórdicos), el verano y la hora (al mediodía es mucho más intensa los rayos solares), la superficie como la nieve (85 por ciento), la arena (17 por ciento), espuma mar (20 por ciento), hierba (10 por ciento) y el asfalto (2 por ciento) son factores que influyen en la intensidad de la radiación.
Por su parte, la Dra. Rossana Llergo, presidenta de la FMD, aseveró que el cáncer de piel es cada vez más frecuente pues cada año se diagnostican 2 millones de nuevos casos en el mundo.
Hay tres tipos de afección: el carcinoma basocelular (72 por ciento), carcinoma epidermoide (17 por ciento) y el melanoma (4 por ciento), éste último representa la neoplasia cutánea más maligna de la piel con gran potencial para dar metástasis, con una incidencia mundial de 1.01/100 mil habitantes. Es importante mencionar que el melanoma es uno de las más comunes en los adultos jóvenes.
“El cáncer de piel es la consecuencia a largo plazo de esta dosis de radiación ultravioleta que se va acumulando en la dermis, generando un daño y riesgo de padecer la enfermedad. La mayoría de los casos se diagnosticas alrededor de los 60 a 70 años, aunque cada vez lo vemos en personas menores de 40 años, de un 6 a 7 por ciento”, resaltó.
La genética, la exposición a la radiación ultravioleta, tener 3 o más quemadoras solares antes de los 20 años, el fototipo de piel I y II (cutis claras), antecedentes de lesiones precancerosas, un trabajo al aire libre durante tres años o más son factores de riesgo para padecer la enfermedad.
E insistió que la exposición solar intermitente que precipita quemaduras solares tiene estrecha asociación con el desarrollo de melanoma en sitios poco expuestos al sol. En cambio, la exposición continua se asocia con un mayor riesgo de cáncer basocelular o epidermoide, y melanoma de cabeza y cuello. Mientras que la exposición solar total o la suma de ambas manifestaciones se vincula con un mayor riesgo de melanoma en extremidades.
Es por esto que los especialistas recomiendan mejorar los hábitos de fotoprotección, siguiendo estas recomendaciones:
1. Reduce la exposición al sol durante las horas centrales del día, es decir, entre 11:00 y 14:00 horas.
2. Busca la sombra
3. Utiliza prendas de protección, de preferencia colores oscuros, de tejidos mucho más cerrado y grueso, así como ropa holgada y de manga larga.
4. Usa un sombrero de ala ancha para proteger los ojos, cara y el cuello.
5. Protege los ojos con gafas de sol diseño envolvente o con paneles laterales.
6. Aplica en la cara, cuello y escote protector solar de amplio espectro, con un factor mínimo de (FPS) 30+, y reaplica cada 4 horas, incluso estando en interiores.
7. Evita las camas de bronceado
8. Visita al dermatólogo para revisar lunares para descartar cualquier anomalía. Recuerda que los datos de alarma son: que un lunar crezca asimétrico, con bordes irregulares, con color heterogéneo, con diámetro mayor de 6 mm y que experimente cambios como sangrar sin cicatrizar.
10. No utilices remedios caseros ni automedicarse.
Durante la conferencia virtual se presentó el cómic “Dermo Squad”, un proyecto que tiene como finalidad crear conciencia en la población, especialmente en los jóvenes, sobre la importancia de tener una correcta cultura del cuidado de la piel.