La bloguera de estilo de vida de Chicago, Whitney Buha, se ha estado aplicando toxina botulínica o bótox en la cara durante 3 años y siempre ha estado feliz con los resultados... hasta ahora.
En un par de historias de Instagram a principios de marzo, reveló que después de sus inyecciones de bótox más recientes, su ceja izquierda estaba más baja que la derecha (esta caída se conoce médicamente como ptosis). Volvió a su inyector por otras cuatro unidades de bótox para "levantarla e igualarla", pero el resultado final no fue el que esperaba.
"Lo que sea que hizo relajó este músculo y ahora todo mi párpado está caído", dijo Buha, señalando su párpado superior, y agregó que pensó que el inyector le dio demasiado bótox o lo inyectó en el lugar equivocado.
Durante las últimas dos semanas, Buha estuvo buscando desesperadamente una solución, y notó que el bótox no se puede disolver de la forma en que lo hacen otros rellenos.
También compartió imágenes fotográficas regulares para monitorear la caída día a día, mostrando un buen sentido del humor sobre la terrible experiencia. Y no es solo su ojo izquierdo el que se ha visto afectado. "Mi ojo derecho es demasiado grande", dijo en su Instagram: "No deberían poder ver el blanco sobre mi iris".
Buha consultó con los médicos y explicó que el cambio en su ojo derecho se debía a que compensaba en exceso el ojo izquierdo. "Debido a que el ojo izquierdo está cerrado, está afectando mi visión", dijo, y agregó que esperaba que cuando su párpado izquierdo comenzara a abrirse más, su ojo derecho se "nivelara".
Los efectos secundarios como los de Buha son "raros y temporales", dijo el cirujano plástico Adam Kolker a Allure en 2019. Según el medio, la caída de los párpados o las cejas solo ocurre entre el 1 y el 5% de los casos.
Otros posibles efectos secundarios del bótox pueden incluir dolores de cabeza y leves hematomas en el lugar de la inyección.
En una declaración a medios, Buha dijo que decidió compartir su historia para ayudar a educar a otras personas que reciben bótox: "Después de considerarlo un poco, decidí compartir mi historia porque me di cuenta de que pocas personas sabían que la ptosis palpebral podría ser un efecto secundario del bótox, incluyéndome, antes de todo esto. En el momento en que mencioné que mi 'bótox salió mal', recibí varios mensajes preguntándome qué quería decir y muchos decían que no sabían que el bótox podía salir mal".
"Sentí que era una oportunidad para educar a otros y mostrarles cómo son estos posibles efectos secundarios", continuó. "Después de que comencé a abrirme, recibí tantos mensajes de personas que habían pasado por algo similar o que no tenían ni idea de que esto podría suceder. Ha sido un viaje salvaje, pero he podido conectarme con cientos de personas gracias a eso".
¿Los conocías?