Comer rápido se ha convertido en un hábito y, a veces, en una necesidad para muchas personas, sin saber lo malo que puede ser para la salud, pues una alimentación saludable no solo depende de los alimentos que elegimos, sino también en el tiempo que invertimos en comerlos.
Y es que, de acuerdo con múltiples expertos, si tardas menos de 20 minutos en terminar de desayunar, comer o cenar, es probable que lo estés haciendo demasiado rápido, lo cual puede afectar tu salud. Sigue leyendo y entérate de los detalles.
¿Cuánto tiempo deberías tardarte en comer?
Los especialistas aconsejan destinar al menos 20 minutos a cada comida y, si es posible, extender ese tiempo a 30 minutos. Esto se debe a que, después de los 20 minutos, el estómago envía señales hormonales al cerebro para indicar que ya estamos satisfechos, evitando así el exceso de comida.
Para lograrlo, es útil eliminar distracciones como el teléfono o la televisión y enfocarse exclusivamente en la comida. Además, masticar más veces cada bocado y beber agua entre ellos puede ser una buena estrategia para ralentizar el proceso y disfrutar más cada plato.
También es recomendable incluir alimentos que requieran más tiempo de masticación, como verduras crujientes o proteínas. En cambio, los ultraprocesados suelen ingerirse con rapidez, lo que no favorece la sensación de saciedad y puede aumentar la cantidad de comida que consumes.
Los riesgos de comer demasiado rápido
Aunque no lo parezca, comer deprisa puede ocasionar distintos problemas de salud. Uno de los más comunes es la hinchazón abdominal, ya que, al comer rápido, se traga más aire, lo que genera malestar y pesadez.
Además, el organismo puede tener dificultades para absorber los nutrientes correctamente, lo cual puede provocar una malnutrición que, si bien no provocará efectos inmediatos, ciertamente los podrías notar a largo plazo.
Este hábito también está vinculado con el sobrepeso y la obesidad, ya que quienes comen con rapidez suelen ingerir más alimentos antes de que el cerebro registre que el estómago está lleno. Por el contrario, las personas que comen despacio tienen más probabilidades de reconocer la saciedad a tiempo.
Cómo lograr que comer sea una experiencia más consciente
Si quieres empezar a comer más despacio, puedes aplicar algunos trucos. Por ejemplo, intenta concentrarte en cada bocado, disfrutando su sabor y textura, y evita realizar otras actividades mientras comes, como revisar el celular o trabajar. Esto te ayudará a tener una experiencia más plena.
Otra recomendación es dejar los cubiertos sobre la mesa entre bocados para hacer pausas durante la comida. También puedes establecer un ritmo más pausado tomando pequeños sorbos de agua a lo largo de la comida, lo que contribuirá a una digestión más eficiente.
Adoptar estos hábitos no solo mejorará tu digestión, sino que también puede reducir el estrés y fortalecer la conexión entre cuerpo y mente. Al convertir cada comida en un momento consciente y relajado, no solo cuidas tu salud, sino que transformas un acto cotidiano en una experiencia más placentera.
¿Lo sabías?