Las células madre son células especiales que tienen el potencial de convertirse en cualquier otro tipo de célula del cuerpo: de la piel, del corazón, de los huesos, del sistema nervioso, entre otras. Se encuentran principalmente en el cordón umbilical, la médula ósea, la sangre y ciertos tejidos adultos.
Lo que las hace únicas es su capacidad de autorrenovarse, es decir, crear más células madre y convertirse en células especializadas.
¿Dónde se obtienen las células madre?
• Células madre embrionarias: provienen de embriones y tienen un potencial casi ilimitado. Su uso es muy prometedor pero también controversial.
• Células madre adultas: se encuentran en órganos como la médula ósea, grasa corporal y dientes. Aunque son más limitadas, ya se usan en tratamientos médicos reales.
• Células madre del cordón umbilical: se recolectan al nacer y son una fuente valiosa y no invasiva.
¿Para qué se usan las células madre hoy?
• Tratamiento de enfermedades de la sangre: como leucemias, linfomas y anemias severas.
• Trasplantes de médula ósea: un uso médico consolidado desde hace décadas.
• Regeneración de tejidos: por ejemplo, en quemaduras o daños en la piel.
• Enfermedades inmunológicas: como algunas deficiencias congénitas.
Usos emergentes y en estudio
• Células madre para enfermedades neurodegenerativas: como Parkinson, Alzheimer y esclerosis múltiple.
• Regeneración de órganos: se están desarrollando órganos “bioartificiales” a partir de células madre.
• Diabetes tipo 1: con el fin de crear células beta productoras de insulina.
• Reparación cardíaca: tras infartos o daño en el tejido del corazón.
• Ceguera y problemas visuales: como la degeneración macular.
¿Y el futuro?
Investigadores en todo el mundo trabajan en terapias avanzadas de medicina regenerativa. El sueño: curar enfermedades hoy incurables, regenerar órganos dañados y personalizar tratamientos para cada paciente.
Incluso se explora su aplicación en el envejecimiento, la cirugía plástica regenerativa y la mejora de lesiones deportivas.
¿Vale la pena conservar células madre del cordón umbilical?
Muchos padres optan por almacenar las células madre de sus bebés al nacer, ya que es un procedimiento no invasivo y puede representar una oportunidad terapéutica futura para el niño o incluso sus familiares.
La medicina está cambiando, y las células madre son protagonistas de esta revolución. Aunque aún hay mucho por descubrir, su potencial para sanar, regenerar y transformar la salud es una de las promesas más emocionantes de la ciencia moderna.
Opinión de experto
Cuando hablamos de células mesenquimales, también debemos mencionar los factores de crecimiento y los exosomas. Aunque las células que se implantan en el cuerpo tienen la capacidad de favorecer a otras células, en este caso nos enfocaremos principalmente en los factores de crecimiento y los exosomas. Los exosomas son pequeñas estructuras que permiten la comunicación entre células, transmitiendo información importante para su funcionamiento.
Al suministrar exosomas y factores de crecimiento, estamos facilitando esa comunicación celular, lo que permite que las células trabajen de manera más eficiente. Los factores de crecimiento funcionan como una especie de "vitaminas" para las células, impulsándolas a activarse y a desempeñar mejor sus funciones, todo dentro de su nivel biológico.
Lo interesante es que ya existen tratamientos enfocados en mejorar esa comunicación celular y en prevenir el envejecimiento celular, evitando su oxidación. Por ejemplo, en Tampico hay médicos que utilizan implantes de placenta o de células mesenquimales. Entre los más reconocidos están Human Ultracel, que contiene células mesenquimales, y Procell Therapy, que combina exosomas y factores de crecimiento.
Procell, en particular, es un tratamiento que aporta nutrición directa a las células ya existentes en el cuerpo. En inglés, estos factores de crecimiento celular se conocen como GFC (Growth Factor Cellular), y ayudan a que las células se regeneren, se restauren y no envejezcan de forma prematura. Estos tratamientos se pueden aplicar en la piel del rostro, cuello y escote, mejorando su apariencia, aumentando el colágeno y ayudando a reducir cicatrices.
En el caso del cabello, existen factores de crecimiento especializados que ayudan a mantener el folículo sano. Si aún no se ha perdido por completo, es posible estimular su crecimiento y aumentar su densidad.
Aunque las células mesenquimales también se usan en condiciones como la osteoartritis, la artritis o enfermedades autoinmunes, en mi área de trabajo las aplico especialmente para mejorar la piel, tratar cicatrices, marcas de acné, manchas y melasma. Nutrir las células contribuye significativamente a que funcionen mejor, retrasando su envejecimiento y favoreciendo una apariencia más saludable.