Mucho se habla del cáncer de mama y, gracias a la gran concientización que se ha logrado en México, la información suficiente está disponible para todos los que quieran tenerla. Sin embargo, detectar la enfermedad en etapas tempranas sigue siendo difícil porque muchas personas, aunque saben que deben revisarse, no saben cómo o cada cuánto tiempo.
El problema con el cáncer, sin importar el tipo, es que debe ejecutarse una estrategia de prevención, pues al momento de presentar síntomas claros, podría ser muy tarde. En el caso del cáncer de mama, la realización de pruebas es importante, pero hay pautas a seguir para que no sea complicado para todas.
¿Cada cuánto hay que revisarse por cáncer de mama?
Estas pautas son para mujeres con riesgo promedio de cáncer de mama. Para fines de detección, se considera que una mujer tiene un riesgo promedio si no tiene antecedentes personales de este cáncer, antecedentes familiares importantes de cáncer de mama o una mutación genética que se sabe que aumenta el riesgo de cáncer de mama (como en un gen BRCA) y no ha recibido radioterapia de tórax antes de los 30 años.
- Las mujeres entre 40 y 44 años tienen la opción de comenzar a realizarse pruebas de detección con una mamografía o mastografía cada año.
- Las mujeres de 45 a 54 años deben hacerse una mastografía todos los años.
- Las mujeres de 55 años o más pueden cambiar a una mamografía cada dos años o pueden optar por continuar con las mamografías anuales. Las pruebas de detección deben continuar mientras la mujer goce de buena salud y se espere que viva al menos 10 años más.
- Todas las mujeres deben entender qué esperar al hacerse una mamografía para detectar el cáncer de mama: qué puede y qué no puede hacer la prueba.
Los exámenes clínicos de mama no se recomiendan para la detección del cáncer de mama entre mujeres de riesgo promedio a cualquier edad.
¿Qué estudios se hacen para detectar el cáncer de mama?
El objetivo de las pruebas de detección del cáncer de mama es detectarlo temprano, antes de que cause síntomas (como un bulto en el seno que se puede palpar). La detección temprana significa encontrar y diagnosticar una enfermedad antes que si se hubiera esperado a que comenzaran los síntomas.
Los cánceres de mama que se detectan durante los exámenes de detección tienen más probabilidades de ser más pequeños y menos propensos a haberse diseminado fuera de la mama. El tamaño de un cáncer de mama y su extensión son algunos de los factores más importantes para predecir el pronóstico (perspectiva) de una mujer con esta enfermedad.
Mastografías
Las mamografías o mastografías son radiografías de la mama en dosis bajas. Las mamografías periódicas pueden ayudar a detectar el cáncer de mama en una etapa temprana, cuando es más probable que el tratamiento tenga éxito. Este estudio a menudo puede detectar cambios en los senos que podrían ser cáncer años antes de que se desarrollen síntomas físicos.
Los resultados de muchas décadas de investigación muestran claramente que las mujeres que se realizan mamografías periódicas tienen más probabilidades de que se les detecte el cáncer de mama antes, tienen menos probabilidades de necesitar tratamientos agresivos como cirugía para extirpar toda la mama (mastectomía) y quimioterapia, y tienen más probabilidades de entrar en remisión.
Desafortunadamente, las mamografías no son perfectas. Se pasan por alto algunos cánceres de mama. Y si se encuentra algo en una mamografía de detección, es probable que la mujer necesite otras pruebas (como más mamografías o una ecografía mamaria) para determinar si se trata de cáncer.
También existe una pequeña posibilidad de que diagnostiquen un cáncer que nunca habría causado ningún problema si no se hubiera detectado durante las pruebas de detección. Es importante que las mujeres que se hacen mamografías sepan qué esperar y comprendan los beneficios y las limitaciones de las pruebas de detección.
Autoexploración
Las investigaciones no han demostrado un beneficio claro de los exámenes físicos de los senos realizados periódicamente por un profesional de la salud (exámenes clínicos de los senos) o por las propias mujeres (autoexámenes de los senos). Y es que, hay muy poca evidencia de que estas pruebas ayuden a detectar el cáncer de mama en etapas tempranas, cuando las mujeres también se hacen mamografías de detección.
En la mayoría de los casos, cuando el cáncer de mama se detecta debido a síntomas (como un bulto en la mama), la mujer descubre el síntoma durante actividades habituales como bañarse o vestirse. Es por eso que es importante que las mujeres deban estar familiarizadas con el aspecto y la sensación normales de sus senos .
Si bien hay instituciones que no recomienda los exámenes clínicos regulares de los senos ni autoexámenes de los senos como parte de un programa de detección de cáncer de seno de rutina, esto no significa que estos exámenes nunca deban realizarse. En algunas situaciones, especialmente para las mujeres con un riesgo superior al promedio, por ejemplo, los proveedores de atención médica aún pueden ofrecer exámenes clínicos de los senos, además de brindar asesoramiento sobre el riesgo y la detección temprana.
Y algunas mujeres aún podrían sentirse más cómodas haciéndose autoexámenes regulares como una forma de realizar un seguimiento de cómo se ven y se sienten sus senos. Pero es importante comprender que hay muy poca evidencia de que realizar estos exámenes de forma rutinaria sea útil para las mujeres con un riesgo promedio de cáncer de mama.
¿Lo sabías?