El cabello ha sido, a lo largo de la historia, un símbolo de identidad y belleza tanto para hombres como para mujeres. Sin embargo, la calvicie y la alopecia son condiciones que suelen asociarse con un estigma negativo.
A menudo, quienes enfrentan esta situación son objeto de burla, aunque es importante recordar que la pérdida de cabello puede derivarse de enfermedades dermatológicas u oncológicas, especialmente por los tratamientos que reciben algunos pacientes. Pero, ¿qué sucede cuando esta condición va más allá de lo estético?
¿Qué es el cabello y la alopecia?
Rodrigo Roldán Marín, director de la Clínica Oncodermatología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que el cabello tiene un papel protector crucial. Las personas con una cabellera densa tienen menos probabilidades de sufrir cáncer de piel, ya que el cabello actúa como una barrera frente a los rayos solares.
Este escudo natural no solo evita quemaduras solares, sino que también reduce el riesgo de desarrollar cáncer cutáneo en el futuro. “Las personas que tienen cabello rara vez presentan lesiones precoces y, en general, el cáncer en áreas con vello es poco frecuente. En contraste, aquellos que pierden el cabello en zonas expuestas al sol están en mayor riesgo de quemaduras y, posteriormente, de cáncer”, enfatiza Roldán.
Por su parte, la alopecia es un término médico que se refiere a la disminución de la densidad del cabello, que puede manifestarse como caída, pérdida prematura o áreas del cuero cabelludo completamente despobladas.
Aunque comúnmente se asocia con los hombres, la alopecia también afecta a un número considerable de mujeres. Según datos de The Hair Loss Society, existen alrededor de 35 millones de hombres y 21 millones de mujeres que sufren esta condición a nivel mundial.
En México, las cifras son preocupantes. La Fundación Mexicana para la Dermatología informa que 5 de cada 10 hombres de entre 20 y 30 años padecen alopecia androgenética, y este número aumenta a ocho de cada diez varones en edades más avanzadas.
“La alopecia afecta a ambos géneros, aunque hay ciertas condiciones que predominarán en uno u otro. Por ejemplo, el lupus, que es más común en mujeres, provoca una alopecia cicatrizal que se presenta más en ellas. La alopecia androgénica, por otro lado, tiende a ser más frecuente en hombres, aunque también hay casos en mujeres”, explica Roldán.
¿Qué causa la alopecia?
Rosa María Ponce Olivera, profesora de dermatología en la misma institución, agrega que las mujeres pueden experimentar alopecia por diversas causas. “Existen tipos de alopecia que son transitorios, como los relacionados con el embarazo o la lactancia. También hay condiciones que surgen por un exceso de hormonas masculinas en el cuero cabelludo”, comenta.
La alopecia puede presentarse en mujeres de todas las edades, incluso en niñas. El estrés, por ejemplo, puede desencadenar la alopecia areata, común en niños y adultos, mientras que otros factores como la anorexia, bulimia o dietas veganas pueden dar lugar a alopecia difusa.
Las variaciones hormonales, el síndrome de ovario poliquístico y otros problemas de salud como hipotiroidismo o diabetes también están relacionados con la pérdida de cabello. Según los especialistas, el impacto cultural sobre el cabello también merece atención, ya que en muchas comunidades, el cabello es una parte fundamental de la estética y la identidad social.
Por ejemplo, las mujeres afrodescendientes suelen trenzar su cabello, lo que puede causar daños a largo plazo que no están necesariamente relacionados con la genética.
Roldán destaca que “la alopecia central centrífuga es más común en mujeres afroamericanas, mientras que la alopecia por tracción se presenta debido a peinados que someten el cabello a tensión constante. Si alguien se peina de esta manera a diario, la línea de implantación del cabello se retrasa”.
Esto demuestra que no se trata solo de factores genéticos, sino que las prácticas culturales también pueden tener un impacto significativo en la salud capilar.
¿Lo sabías?