Los músculos abdominales se encuentran entre las costillas y la pelvis en la parte frontal del cuerpo y se dividen en cuatro grupos principales que se combinan para cubrir completamente los órganos internos.
Tener esta zona fuerte y sólida es óptimo para crear una base para todas las actividades, nuestros movimientos impulsados por el torso.
Por eso es que, lejos de ver primero el impacto que puede generar en nuestra imagen corporal, son los beneficios que aporta a nuestra salud en lo que debemos enfocarnos.
Reduce el dolor de espalda
Cuando nuestros abdominales están poco trabajados, estamos forzando la espalda a trabajar más y soportar más peso.
Estos músculos son una importante línea de defensa contra el desgaste de los discos lumbares ya que brindan protección al limitar su rotación excesiva, así como controlan la inclinación de la pelvis.
Mejora la postura
Tenerlos bien definidos y desarrollados te ayuda a mantener una posición vertical adecuada y correcta.
En este sentido intervienen elementos como el suelo pélvico, el diafragma, los abdominales oblicuos internos y externos, el recto del abdomen, etc.
Ayuda a prevenir lesiones
La palabra core hace referencia al núcleo del cuerpo, y la importancia de su estabilidad es que nos protege de muchas lesiones, sobre todo a nivel de raquis.
Es importante que la actividad física implique estabilizar el raquis a partir de una inestabilidad generada a través de una carga externa y no con ejercicios que involucren movilidad en la columna vertebral.
Mejora el equilibrio
Estos mismos ejercicios donde se entrenan los músculos de la pelvis, la espalda baja, la cadera y el abdomen, un trabajo en armonía que produce un mejor equilibrio y estabilidad.
Cuanta más estabilidad tengan los músculos de la espalda, más efectivos serán nuestros movimientos.
Te ayuda a respirar mejor
El desarrollo de los músculos respiratorios más fuertes como el diafragma y los intercostales se traduce en una mejor fuerza del core, es por eso que el entrenamiento físico y de respiración van unidos.
Un core fortalecido permite una respiración más fácil y realizada de un modo más correcto, por lo que si nos acostumbramos a ella rendiremos mejor al maximizar la cantidad de oxígeno que obtenemos.