En nuestra cultura laboral moderna, es común romantizar el estrés y la adrenalina y aceptar el exceso de trabajo. La gente suele hablar de sus apretadas agendas y de la falta de días libres como si fueran una insignia de honor.
Sin embargo, trabajar demasiado puede tener consecuencias para nuestro cerebro y nuestra salud en general, haciendo que las vacaciones no solo se vuelvan esenciales para el cuerpo humano, sino también la salud mental. Sigue leyendo y entérate de los detalles.
Los efectos del estrés en el cerebro
Sentir agotamiento y estrés cuando trabajas demasiado es muy normal, pero en altas dosis puede afectar nuestro funcionamiento cognitivo. Con el tiempo, los sentimientos constantes de presión pueden provocar una disminución de la materia gris, lo que afecta la estructura de nuestro cerebro.
Esto puede tener impactos en las habilidades de las funciones ejecutivas y las habilidades de cognición social. A largo plazo, esto puede hacer cada vez más difícil tomar decisiones, inhibir conductas indeseables o regular las emociones.
Por si eso no fuera poco, nuestros cerebros tienen limitaciones. Cuando están saturados de información y tareas, pueden empezar a perder información. Nuestras habilidades de atención, memoria y funciones ejecutivas pueden verse afectadas si trabajamos demasiado nuestro cerebro.
Imagina que te está concentrando en varias tareas importantes en tu jornada laboral y que las fechas límite se acercan rápidamente. Luego, te convocan a una reunión de último momento. Lo más probable es que no puedas prestar atención o funcionar en esa reunión tan bien como lo harías si tu cerebro no estuviera saturado con otras tareas.
Beneficios de las vacaciones en el cerebro
Mejorar la función cognitiva
Cuando estamos constantemente inmersos en nuestro trabajo y nuestras rutinas diarias, es fácil quedar atrapados en una rutina mental. Tomarse vacaciones altera nuestros patrones y fomenta nuevas formas de pensar.
Durante las vacaciones, es probable que ejercitemos nuestras habilidades cognitivas de nuevas maneras; la planificación de un viaje utiliza nuestras habilidades de funciones ejecutivas, asimilar nuestro entorno desconocido requiere nuestra capacidad de atención y navegar por una ciudad en la que nunca hemos estado antes ejercita nuestras habilidades visoespaciales.
Estimulamos nuestro cerebro saliendo de nuestra zona de confort y exponiéndonos a nuevos entornos y culturas. Sumergirnos en experiencias novedosas puede inspirar nuevas perspectivas y formas de pensar innovadoras. Ya sea explorar una nueva ciudad, probar nuevas actividades o simplemente dejar que nuestra mente divague, las vacaciones ofrecen un terreno fértil para aprender, resolver problemas y estimular nuestras funciones cognitivas.
Ejercita el RMD
Cuando no estamos concentrados en procesar información externa como lo hacemos durante la jornada laboral, es posible que lleguemos a utilizar parte de nuestra cognición llamada Red de Modo Predeterminado o RMD.
La RMD está activa cuando hacemos algo calmante o sin distracciones, como caminar por la playa, observar una obra de arte en un museo tranquilo o comer solos. Una RMD activa se ha relacionado con el pensamiento creativo, una codificación mejorada de los recuerdos y un fuerte sentido de uno mismo.
Beneficios para la salud mental
Hemos mencionado cómo el estrés puede afectar nuestras habilidades cognitivas, pero también puede tener un gran impacto en nuestra salud mental. Sentirse abrumado y estresado con demasiada frecuencia puede provocar depresión y ansiedad.
Tomarse unas vacaciones le da al cerebro un descanso del agobio para que podamos volver a centrarnos y experimentar alegría y relajación. Un descanso de nuestras obligaciones habituales puede permitir que nuestro cerebro libere dopamina y otros neurotransmisores que nos hacen sentir bien, lo que lleva a un estado de ánimo elevado y a un mejor estado emocional general.
Además, las vacaciones brindan la oportunidad de reconectarse con seres queridos, fortalecer las relaciones y crear recuerdos duraderos. Estas interacciones sociales y experiencias positivas desencadenan la liberación de oxitocina, una hormona asociada con la vinculación y la felicidad. En última instancia, las vacaciones pueden contribuir a mayores niveles de satisfacción con la vida y una mayor sensación de bienestar.
Todo es cuestión de equilibrio
Trabajar demasiado no es bueno para nuestro cerebro, ¡pero tampoco lo es no hacer nada! Idealmente, nuestro cerebro debería ser desafiado pero no sobrecargado. Los desafíos que implica el trabajo suelen ser buenos para nuestro cerebro.
La resolución de problemas y la gestión de tareas son excelentes ejercicios para nuestra cognición. Pero no deberíamos trabajar nuestro cerebro hasta el punto de que no pueda funcionar correctamente. Por lo tanto, asegúrate de consultarlo usted mismo durante todo el año. Tomar descansos es importante para nuestra salud cognitiva.
¿Lo sabías?