Nacemos con la cualidad de llorar, una acción que enfatiza la comunicación no verbal en una etapa de la vida donde estamos indefensos.
Conforme evolucionamos también lo va haciendo nuestro llanto emocional, una respuesta a nuestros sentimientos que llega a nutrir nuestro cuerpo al entrar en relajación.
Por este motivo y otros argumentos más que a continuación te presentamos, es importante no aguantarte las ganas de derramar lágrimas cuando lo sientas.
Efecto tranquilizante
Una sensación de efecto calmante que mejora el estado de ánimo es el resultado que conseguimos pues, de acuerdo con un estudio del Departamento de Psicología de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales en la Universidad de Rijeka, Croacia, el sistema nervioso parasimpático se activa.
Mejora el sueño
Gracias a estos resultados relajantes, su repercusión positiva en el humor puede contribuir a que las personas concilien mejor el sueño y lo logren con mayor facilidad.
Libera hormonas
Un estudio comprobó que estas lágrimas emocionales liberan dos de las sustancias esenciales para que las personas nos sintamos bien que son la oxitocina y las endorfinas, mismas que nos ayudarán a aliviar nuestros malestares tanto físicos como emocionales.
Adiós bacterias
Una manera muy eficaz y natural de combatir las bacterias es por medio de las lágrimas pues estas contienen la lisozima, una enzima que actúa de barrera bacteriostática porque altera y deshace las paredes de estos organismos.
Genera empatía
Si lloramos nos convertimos automáticamente en más vulnerables y, si se te dificulta buscar ayuda en otros, esta puede ser una forma de pedir apoyo de forma indirecta cuando más lo necesitas.
Se produce un vínculo emocional, porque las personas profundizan en las relaciones interpersonales además de que indagamos en nuestro interior y analizamos las consecuencias negativas y positivas de la situación.