El ajedrez es uno de los juegos más ingeniosos que puede haber, ya que cada movimiento debe ser analizado y bien pensado pues requiere de la creación de estrategias que ayuden a obtener el triunfo.
Este juego permite focalizar la atención y aumentar el nivel de concentración. Además, tiene grandes beneficios tanto a nivel cognitivo como emocional. Desde la psicología, distintas investigaciones científicas han demostrado que el ajedrez implica un intenso desafío intelectual. Y que las formas en las que hace que el cerebro trabaje ayuda a combatir problemas de salud y emociones negativas.
El ajedrez y la salud mental
Uno de los grandes aliados para combatir problemas emocionales como la ansiedad y otras afectaciones que pueden generarse en torno a la salud mental es el ajedrez. Gracias a los beneficios que trae practicar y jugar este deporte se ha posicionado como una de las herramientas más utilizadas en ambientes educativos y terapéuticos.
Algunos de los beneficios más destacados son la empatía, mejora la memoria, concentración, el desarrollo de inteligencia, planeación, organización y análisis frente a la resolución de problemas.
¿Cómo se juega el ajedrez?
Antes de conocer cómo ayuda a regular las emociones y a mejorar las condiciones mentales es importante conocer cómo se juega el ajedrez.
Este deporte mental es un juego de tablero entre dos contrincantes donde cada uno cuenta con dieciséis piezas con el mismo valor. Estas piezas se desplazan sobre el tablero capturando piezas del jugador contrario.
El tablero está constituido por 64 casillas entre las que se mueven las piezas del juego. Al iniciar el juego, cada participante tiene un rey, una dama, dos alfiles, dos caballos, dos torres y ocho peones.
Este juego es catalogado como un juego de estrategia, pues el objetivo es encerrar al rey del oponente con las propias piezas, de tal manera que el otro jugador no pueda defender o proteger al rey. La idea es capturar el mayor número de piezas que amenazan con la finalidad de realizar un jaque mate.
Beneficios cognitivos y emocionales de jugar ajedrez
Empatía: Los jugadores de ajedrez deben anticipar el movimiento del rival para poder predecir cuál será su próxima jugada lo cual desarrolla la habilidad de ponerse en el lugar del otro.
Mejora la memoria: Debido al alto nivel competitivo de este juego ha generado que cada vez sea mayor la cantidad de combinaciones, movimiento y patrones que ya son bien conocidos y que un jugador experto de ajedrez debe memorizar, por lo cual no es de extrañarse que este deporte desarrolle considerablemente la memoria.
Identificación y resolución de problemas: Este juego permite identificar nuevos tipos de problemas y usar el razonamiento para resolverlos, ayuda mejorar la velocidad de procesamiento y responder de manera eficaz.
Mejora la concentración: Algunos estudios han mostrado mediante resonancia, que los ajedrecistas tienen un patrón de actividad cerebral particular conocida como “estado de flujo”. Existe una especie de deformación temporal donde están tan completamente concentrados en la tarea que están realizando que su conciencia de cualquier otra cosa parece desaparecer.
Mayor habilidad de planeación: Durante el juego, los jugadores deben empezar a reconocer y predecir futuros movimientos de su oponente. Esta habilidad cognitiva se conoce como pensamiento estratégico, y se vuelve cada vez más complejo a medida que aumenta el nivel del jugador.
Esta habilidad potencia considerablemente la capacidad de las personas de imaginar y crear planes en su cotidianidad, además de mejorar su toma de decisiones, siendo más seguros, rápidos y eficientes tomando acciones para desarrollar sus planes.
Previene enfermedades mentales: Estudios científicos han encontrado que la compleja flexibilidad mental que se adquiere jugando ajedrez puede proteger a las personas de enfermedades mentales en diversas etapas de la vida.
Se ha encontrado que puede revertir en un 41% los trastornos de déficit de atención e hiperactividad en niños, evita ataques de pánico en adolescentes y adultos, y protege a los adultos mayores de trastornos de demencia y deterioro cognitivo.