Cuando pensamos en las articulaciones adoloridas, hinchadas y rígidas de la artritis reumatoide, a menudo las asociamos con la vejez. Y si bien es cierto que los adultos mayores tienen muchas más probabilidades de ser diagnosticados con la afección, eso no significa que los adultos más jóvenes no puedan desarrollarla.
Entre el 1 y el 3% de los adultos son diagnosticados con artritis reumatoide, según la Clínica de Cleveland. Un estudio encontró que aproximadamente 8 de cada 100,000 adultos jóvenes entre las edades de 18 y 34 han sido diagnosticados con artritis reumatoide. Entonces, aunque es raro, todavía es posible y puede traer muchos desafíos.
Pero eso no significa que los adultos jóvenes tengan que sufrir el resto de sus vidas con dolor. Para comprender mejor la artritis reumatoide y cómo los adultos jóvenes a los que se les diagnostica todavía pueden vivir una vida activa y normal, explicamos paso por paso de lo que conlleva esta enfermedad.
¿Qué es la artritis reumatoide?
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune que puede causar dolor en las articulaciones y daño en todo el cuerpo.
El daño articular que causa la AR generalmente ocurre en ambos lados del cuerpo. Por lo tanto, si una articulación se ve afectada en uno de sus brazos o piernas, probablemente también se verá afectada la misma articulación en el otro brazo o pierna. Esta es una forma en que los médicos distinguen la AR de otras formas de artritis, como la osteoartritis (OA).
Los tratamientos funcionan mejor cuando la AR se diagnostica temprano, por lo que es importante conocer los primeros signos.
Síntomas de AR
La AR es una enfermedad crónica caracterizada por síntomas de inflamación y dolor en las articulaciones. Estos síntomas y signos ocurren durante períodos conocidos como brotes o exacerbaciones. Otras veces se conocen como períodos de remisión, es decir, cuando los síntomas desaparecen por completo.
Si bien los síntomas de la AR pueden afectar varios órganos del cuerpo, los más comunes incluyen:
- Dolor en las articulaciones
- Inflamación de articulaciones
- Rigidez articular
- Pérdida de función articular y deformidades
Los síntomas pueden variar de leves a graves y usualmente afectan a articulaciones pequeñas, como los nudillos o los dedos. Esta inflamación también empeora durante el descanso, así que es más dolorosa durante las noches o las mañanas.
Aún así, ese dolor y la inflamación pueden ser debilitantes, incluso para los adultos jóvenes, sin la atención y el tratamiento adecuados. Y, afortunadamente, hay formas de mitigar la rigidez y el dolor.
Causas
No hay nada realmente diferente entre la artritis reumatoide en adultos jóvenes y sus contrapartes mayores; es prácticamente la misma condición con los mismos síntomas y su origen también es el mismo.
Se piensa que hay una predisposición genética que requiere uno o 2 desencadenantes ambientales para que la afección empiece. Y, de hecho, fumar es un factor de riesgo, así que cuidado.
Una bacteria diferente y aún no identificable en el bioma intestinal también podría tener alguna influencia, lo que significa que una dieta más saludable podría hacer que algunas personas sean menos propensas a la enfermedad.
Algunos estudios informan que parece haber una especie de componente genético en la artritis reumatoide, lo que sugiere que podría ser hereditaria. Pero en cuanto a saber si estás o no predispuesto, es imposible de saber.
Tratamiento
Al igual que con los síntomas, no existe una gran diferencia entre el tratamiento de la artritis reumatoide en adultos jóvenes y en pacientes mayores. Sin embargo, las comorbilidades que tienen los pacientes de edad avanzada a veces pueden limitar algunos regímenes de tratamiento. Cuanto más joven y saludable seas, es probable que tengas más opciones de tratamiento.
Los principios básicos del manejo de la artritis reumatoide son restaurar la funcionalidad, manejar los síntomas y controlar los aspectos a largo plazo de la inflamación. Y es que esa inflamación puede dañar potencialmente la articulación si no se controla durante años.
Para la mayoría de los adultos jóvenes, el tratamiento implica una combinación de medicación y control de los síntomas, controlando cada uno a tres meses para asegurarse de que haya un impacto positivo en la rigidez y el dolor de las articulaciones. Si no lo hay, entonces se exploran diferentes medicamentos hasta que se encuentra la combinación correcta.
En la mayoría de los pacientes, los antiinflamatorios de venta libre no funcionan, así que es indispensable consultarlo con un especialista.
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