Comer sanamente es una de las principales recomendaciones por las autoridades de salud para prevenir enfermedades; pero, ante la facilidad de tener a la mano alimentos procesados se vuelve todo un reto lograrlo.
Este tipo de comidas fáciles de preparar, rápidos, abundante, económicos y ampliamente disponibles están entre nosotros desde hace décadas y surgieron como una alternativa a la falta de tiempo para cocinar y una forma de alargar la vida de los productos.
Sin embargo, su alto contenido en azúcares, sal, grasas, harinas refinadas y aditivos ponen en riesgo nuestra salud, y por lo tanto, deberíamos limitar o evitar su consumo. Algunos de estos alimentos son los embutidos, empanizados o fritas, carnes procesadas, la pizza, hamburguesa, papas fritas, bebidas azucaradas, refrescos, galletas, brownies, pasteles, dulces, cereales, helados, palomitas de maíz para microondas, entre otras opciones no saludables.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que el 80 por ciento de las enfermedades cardíacas, los accidentes cardiovasculares y la diabetes podrían evitarse si comiéramos mejor y nos ejercitáramos más.
Es por esto que recomienda reducir la ingesta de estos productos que contribuyen al desarrollo de las siguientes enfermedades y/o daños en el cuerpo:
1. Obesidad
Por su alto contenido en azúcares y grasas, estos alimentos pueden contribuir a un aumento de peso corporal y con ello el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad. En México 7 de cada 10 adultos tienen esta enfermedad, lo que coloca al país como el segundo en el mundo con más personas que la padecen, de acuerdo con la OMS.
2. Diabetes
La diabetes tipo 2 es la que se origina cuando el cuerpo se hace resistente a la insulina o cuando el páncreas ya no produce insulina suficiente como consecuencia de factores genéticos, sobrepeso e inactividad física. Sin embargo, un estudio elaborado por el investigador en epidemiología nutricional en la Universidad de París, Bernard Srour, reveló que los alimentos ultraprocesados están vinculados al desarrollo de esta enfermedad debido a su bajo valor nutricional y altos niveles de grasas, sal y azúcar.
3. Corazón
Otra de las razones por las que debemos eliminar estos alimentos de nuestra dieta diaria, es porque causan efectos negativos al corazón. Según la literatura, estos alimentos altamente procesados contribuyen hasta en un 75 por ciento de sodio en la dieta, además de grasas trans, y esto va relacionado con el aumento de enfermedades cardiovasculares. Recordemos que el consumo total de grasas no debe superar el 25, 30 por ciento de las calorías.
4. Eleva los niveles de colesterol
Comer grasas saturadas que se encuentran en productos animales, así como en galletas y palomitas de maíz para microondas, elevan nuestro nivel de colesterol, formándose depósitos grasos en los vasos sanguíneos, que con el tiempo, crecen y hacen que sea más difícil que fluya la sangre a través de las arterias, con el riesgo de causar un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular.
5. Dolores de cabeza y estómago
Dado a que contienen sulfito de sodio, un conservador utilizado en este tipo de productos, hace que experimentemos dolores de de cabeza, problemas respiratorios y erupciones cutáneas sobre todo si somos sensible a este compuesto. Por otra parte, los jugos por su contenido de hidratos de carbono no absorbibles, promueve diarrea o el reflujo.
6. Piel
Estas comidas no tienen nutrientes esenciales, por lo que al consumirlos, la piel también se ve seriamente afectada ya que pueden aparecer espinillas, puntos negros e incluso el acné derivado de la gran cantidad de azúcares, sal y grasas saturadas. Además, estos alimentos no suelen tener nada de agua en su composición, provocando una deshidratación dérmica que es causante de arrugas y líneas de expresión. Así mismo, genera desequilibrios hormonales e inflamación en la epidermis.
7. Sensación de hinchazón
A las comidas rápidas se les añade de forma artificial aditivos como glutamato monosódico, nitrito de socio, sacarina sódica, el bicarbonato de socio y el benzoato de socio que actúan para aromatizar el producto y conservarlo. Sin embargo, estos elementos elevan el consumo de sal, provocando que nuestro cuerpo retenga líquidos. Sin dejar de mencionar, que desencadena la hipertensión arterial, problemas en el riñón, úlceras en el estomago e incluso cáncer si abusamos en su consumo.
8. Ansiedad y depresión
Los alimentos procesados o ultraprocesados están relacionados con mayores tasas de ansiedad y depresión. Una teoría es que la exposición a esos azúcares agregados puede causar estragos en el intestino, donde ocurre la mayor parte de la producción de serotonina, que es un importante estabilizador del estado de ánimo; y cuando una dieta incluye los aditivos químicos comunes en este tipo de productos, puede afectar negativamente la capacidad del cuerpo para mantener niveles saludables de serotonina. Una persona que consume más de estas opciones tiene un 58 por ciento de mayor probabilidad de desarrollar depresión.
9. Inflamación intestinal
Es también conocido como enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa. La probabilidad de padecer esta afección, es porque contienen un aditivo químico llamado emulsionante, que se usa para extender la vida útil y ayudarlo a mantener la forma o textura de los alimentos. Se encuentra en casi todos los productos alimenticios procesados, incluidos panes, mantequilla, mezclas para pasteles, aderezos para ensaladas, salsas, algunos quesos, helados y postres.
10. Cáncer
Las comidas no saludables también pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de colon. Esto es, sí se consume en exceso, como son las carnes procesadas: tocino, salchichas, carne seca y otros que hayan sido tratados químicamente para mantenerse en conserva. Además, de las carnes rojas.
De acuerdos con informes médicos, el comer tan solo 50 gramos de carne roja al día, que es aproximadamente el equivalente a un pequeño hot dog o dos rebanadas de tocino, aumenta el riesgo de esta enfermedad en un 18 por ciento. Se cree que el riesgo proviene de los productos químicos utilizados para conservar este alimento o del proceso de cocción, los cuales están asociados con la exposición a compuestos cancerígenos. Ahora bien, si se consume más carne procesada existe la probabilidad de un 67 por ciento de contraer cáncer pancreático.