Hemos llegado a la mitad del 2020 sin saber exactamente cuándo va a terminar la emergencia sanitaria por la pandemia de Coronavirus (Covid-19). Sin embargo, con la llegada del verano, las ganas de viajar las tenemos presentes todo el tiempo… pero también muchas dudas.
Seguro has estado revisando fotos de tus viajes pasados y en ese instante deseas reservar de inmediato un vuelo, pero te invade la incertidumbre sobre lo que te espera cuando al fin puedas viajar. Sin duda, entre las principales inquietudes destaca el costo que ahora pagaremos los viajeros, ¿será más caro o más barato?
Actualmente, muchos lugares han comenzado a experimentar el desconfinamiento gradual, y atracciones mundiales como Disneyland o el Museo Louvre han empezado a recibir visitantes bajo medidas que demandan el uso de cubrebocas, la toma de la temperatura y el distanciamiento social.
A pesar de esto, existe un sentimiento de desconfianza y temor entre los viajeros para comenzar a transitar por la ‘nueva normalidad’, lo que evidencia que la industria turística, una de las más golpeadas por la pandemia, requerirá varios años para recuperarse, ya que la demanda seguirá tambaleándose.
Aquí es importante destacar que las tarifas están atadas a la demanda, por lo que expertos prevén que los costos de las aerolíneas se incrementen para los que comiencen a viajar. Los vuelos están operando con capacidad reducida para garantizar el distanciamiento y la confianza de los pasajeros; así, un avión que vuela al 60% de su capacidad resultará poco sustentable a la larga para la compañía aérea, así lo aseguró al Washington Post, Robin Hayes, CEO de la aerolínea estadounidense JetBlue.
Este efecto podría ser más evidente en los viajes internacionales que nacionales. “Con menos pasajeros, los vuelos podrían costar el doble”, compartió con el Washington Post Rick Steves, un experimentado viajero, cuya empresa lleva a más de 30,000 personas a Europa cada año. Asimismo, consideró que el efecto también será visible en restaurantes, hoteles y venues de entretenimiento.
Actualmente, muchas aerolíneas ofrecen vuelos a precios económicos como un incentivo para los viajeros y, a la vez, como una medida que les permite seguir operando a corto plazo; sin embargo, los vuelos con una capacidad reducida no representan una medida que funcione para las aerolíneas en el largo plazo.
En el sector hotelero pasa algo similar; para animar a los huéspedes, las tarifas pueden ser económicas al principio, e incluso podrían comenzar a atraer al público que perdieron ante alternativas de hospedaje como Airbnb, sobre todo por la garantía de los protocolos de sanidad estandarizados de una cadena hotelera.
Probablemente, los costos y las tarifas fluctuarán acorde a la demanda —la cual también responderá a la evolución de la pandemia—, pero lo más importante a tener en cuenta si planeas viajar es hacerlo cumpliendo todas las medidas recomendadas para evitar contagios, y contribuir a que pronto podamos disfrutar de nuevo de la experiencia sin tantas restricciones.
¿Cuál será tu siguiente destino después de la pandemia?