Emblema total del lujo italiano, del romance, incluso, de la aventura, la motocicleta Vespa atrapó la atención de las personas desde el principio. Corría el año de 1946 cuando Enrico Piaggio registró su invento y tan solo seis años después, gracias a la película Roman Holiday, con Audrey Hepburn, el mundo entero soñaba con estas scooters y el estilo de vida de la toscana italiana.
Sin duda, la naciente marca de lo que hoy es Piaggio Group se benefició del product placement, pues se ha dicho que gracias al momento en que Hepburn y Peck recorren Roma en esta scooter, se vendieron miles de unidades. Lo cierto es que Vespa, más allá de ser solo una firma comercial, es todo un símbolo de la vida de placer, alegría y perfección sin esfuerzo, que va de la mano con el estereotipo del ideal italiano.
También se trata de encontrar oportunidades y destellos de buena suerte cuando todo se cree perdido. Así le pasó a Piaggio que, antes de entrar al mundo de las motonetas, fabricaba aviones, pero tras la Segunda Guerra Mundial quedó en la ruina. Fue entonces que puso su atención y esfuerzo en producir una opción que los italianos de la posguerra desearan y pudieran adquirir.
Las motocicletas estaban en auge, pero eran sucias, grandes, ruidosas y nada chic, así que el ingeniero aeronáutico Corradino D’Ascanio desarrolló una opción denominada MP6. Al verla, Enrico dijo: “Parece una avispa”, y así nació Vespa.
La carrocería de las primeras Vespa estaba hecha con materiales sobrantes de fuselaje de aviones, lo mismo que el motor y la pintura. Sin duda, otro ejemplo del arte de reconstruirse de las cenizas y hacerlo con gracia. Las ventas del primer modelo, la Vespa de 98 cc, no fueron tan rápidas ni tan altas como deseaban sus fabricantes, pero el marketing de boca a boca, un excepcional servicio al cliente para la época y el aumento del tamaño del motor a 125 cc, hicieron la magia.
Para 1950 la producción superaba las 60,000 unidades, comenzaban a venderse en el extranjero e incluso se enfrentaban a las Lambretta, las otras scooters icónicas de la Italia de los años cincuenta.
Vespa también se ha ganado su lugar en el cine. Quadrophenia, American Graffiti y The Talented Mr. Ripley son solo algunas de las películas en las que ha tenido protagonismo. También ha hecho cameos involuntarios ante los paparazzi, al ser vehículo de personajes como Nicole Kidman o Antonio Banderas.
Es difícil imaginar que en 2002 la firma casi desaparece del mapa; sin embargo, logró remontar al punto de que en 2006 comenzó a cotizar en la bolsa italiana de valores. Desde entonces han trabajado en mantener su estilo puro italiano, a la par de establecer una estrategia global, tanto de producción como de marketing. Autoconcebida como una marca de estilo de vida, Vespa ha realizado colaboraciones con casas de moda de la talla de Armani y Dior, y personajes como Justin Bieber, cuyo diseño estará disponible este verano.