Romantizar la maternidad es algo que se ve mucho en la sociedad, donde se pintan a las mamás como las reinas de la felicidad y la realización. Pero, la verdad es que esto puede tener sus cosillas negativas tanto para las mamás como para la sociedad en general.
La experiencia alrededor del embarazo, lactancia y maternidad, está asociada con emociones de amor, alegría y satisfacción que no da cabida a otras emociones negativas. Y es que es válido aceptar que durante la maternidad te sentirás feliz y emocionada de la misma forma en que experimentarás tristeza, molestia o frustración.
Lo anterior no quiere decir que seas mala madre, simplemente te recuerda que eres una persona.
¿Qué es la maternidad?
La maternidad es cuando una mujer experimenta toda la aventura de tener hijos, desde estar embarazada hasta el vínculo especial con su hijo. Durante el embarazo, hay cambios en el cuerpo y en las emociones, como cambios en el humor y nuevas sensaciones. También surgen sorpresas inesperadas, haciendo que la maternidad sea un viaje único y complicado para cada mujer embarazada.
¿Por qué es malo romantizar la maternidad?
Cuando se romanticiza la maternidad, básicamente se está diciendo que hay solo una manera perfecta de ser mamá, lo cual no es justo porque cada mujer y cada experiencia de ser mamá es única. No todas tienen la misma historia ni enfrentan los mismos retos, pero parece que solo se habla de la maternidad como si fuera un cuento de hadas, ignorando los momentos difíciles que muchas mamás atraviesan.
Esto puede hacer que las mamás se sientan mal si su experiencia no es tan perfecta como la que se muestra.
También, esta idea de la mamá perfecta puede poner mucha presión en las mujeres. Se espera que estén siempre sonrientes, que lo manejen todo con facilidad y que pongan las necesidades de sus hijos por encima de todo, lo cual no siempre es posible.
Esta presión puede hacer que las mamás se sientan súper estresadas y ansiosas, especialmente cuando se topan con los desafíos y sacrificios que conlleva criar a los peques.
Y no podemos olvidar cómo esto puede afectar a las mujeres que deciden no tener hijos o que no pueden tenerlos. Al romanticizar tanto la maternidad, se deja de lado a estas mujeres y se les hace sentir como si estuvieran fuera del club de las mujeres completas. Esto no está bien porque todas las mujeres merecen respeto y reconocimiento, independientemente de si deciden ser mamás o no.
Además, también puede ser malo para los niños y para toda la sociedad. Cuando se idealiza tanto la maternidad, se deja de lado la importancia de brindar apoyo real a las mamás y a las familias. Esto puede resultar en la falta de recursos y servicios necesarios para garantizar que las mamás y sus hijos estén bien, lo que puede tener consecuencias a largo plazo en el desarrollo de los niños.
En resumen, romantizar la maternidad no es buena idea porque crea expectativas poco realistas, ignora las experiencias variadas de las mujeres, hace sentir excluidas a aquellas que no encajan en el molde ideal y no brinda el apoyo necesario a las mamás y sus familias. Es importante reconocer que cada experiencia de maternidad es diferente y brindar apoyo a todas las mujeres, sin importar si son mamás o no.