Ubicado en uno de los barrios más emblemáticos de la Ciudad de México, el JW Marriott Mexico City Polanco ha emergido de una reciente renovación que lo coloca nuevamente en el mapa como un punto de encuentro entre el lujo contemporáneo y la rica herencia cultural de la zona. Desde su inauguración en 1996, cuando se convirtió en la primera propiedad JW Marriott fuera de Estados Unidos, este hotel ha sido testigo de la evolución del entorno urbano que lo rodea.
El rediseño del lobby es quizás uno de los aspectos más destacados de la renovación. Inspirado en el curso histórico del Río Polanco, el espacio ahora alberga espejos de agua y una paleta cromática que evoca la tranquilidad de la naturaleza, un sutil recordatorio del pasado en medio del bullicio de la ciudad. Más allá de su función estética, el nuevo lobby busca ser un lugar de pausa, un respiro para quienes transitan entre la vida diaria y el vasto patrimonio cultural que ofrece la ciudad.
La oferta gastronómica del hotel también ha sido objeto de una cuidadosa reconsideración. Sendero Polanco, uno de los nuevos restaurantes, presenta una travesía culinaria que va más allá de los límites de México, abarcando también influencias de toda América Latina. Aquí, los comensales no solo encuentran una celebración de sabores, sino también una conexión con la tierra y la cultura, acentuada por el mural "El Sabio de la Tierra" del artista Carlos Segovia, que preside el espacio.
El rediseño del JW Marriott no se limita al lujo ostentoso; más bien, busca integrar lo natural con lo sofisticado. Las nuevas áreas de bienestar, como el spa que utiliza productos orgánicos y veganos, y la piscina con vistas al Auditorio Nacional, invitan tanto a los huéspedes como a los locales a disfrutar de un espacio que equilibra el bienestar físico y mental.
En un barrio que se caracteriza por su mezcla de historia y modernidad, el JW Marriott Mexico City Polanco se reafirma como un actor clave en la narrativa cultural de la ciudad. Con su renovación, el hotel no solo se moderniza, sino que también se reencuentra con sus raíces, ofreciendo un espacio donde la tradición y la innovación coexisten de manera armoniosa.
Los viajeros pueden disfrutar de la proximidad a las principales atracciones de la ciudad, como el Bosque de Chapultepec, el Museo Soumaya y el Auditorio Nacional.