El refrigerador resulta el lugar indicado para almacenar nuestros alimentos y lograr que se conserve en buen estado, hay quienes incluso cocinan con días de anticipación todas las comidas de su semana para ahorrar tiempo, pero qué sucede cuando introduces ollas calientes en tu refrigerador o nevera.
Si sueles guardar lo que queda de tu comida para otro día o incluso para más tarde en el refrigerador es importante que sepas los cuidados que debes tener para evitar poner en riesgo tu salud o la de tu familia.
Los riesgos que corres si guardas la comida caliente en el refrigerador
El exceso de calor puede alterar la temperatura del refrigerador: cuando introduces alimentos calientes en el refrigerador, la temperatura interna aumenta, lo que podría afectar la temperatura y estado de otros de tus alimentos.
Problemas para la conservación y el crecimiento de microorganismos: la temperatura adecuada de conservación de los alimentos en refrigeración oscila entre los 0° y 5°C. Si introduces alimentos calientes, estos tardarán más tiempo en bajar su temperatura a un nivel seguro, lo que podría favorecer la aparición de bacterias y microorganismos, aumentando el riesgo de enfermedades por la ingesta de alimentos en mal estado. ¡Cuida tu salud y la de los tuyos!
Cambios en la textura, sabor y calidad de los alimentos: el choque térmico al que se somete la comida caliente al exponerla rápidamente al frío del refrigerador, puede provocar cambios en la textura, sabor y calidad de los alimentos. Se dice que algunas comidas pueden perder su crocancia, mientras que otras podrían volverse más acuosas o secas. ¡No te arriesgues!
Consejos para enfriar tus alimentos
Si deseas preservar la calidad y seguridad de los alimentos, es importante dejarlos enfriar por completo antes de llevarlos al refrigerador. Si tienes poco tiempo y quieres acelerar el proceso, puedes dividir en porciones la comida caliente y colocarlos en recipientes adecuados para enfriar por partes en el fregadero, evitando así afectar la temperatura interna del refrigerador o generar el choque térmico.
También puedes ayudarte de un baño de hielo: llena un recipiente con hielo y agua y coloca los alimentos en un recipiente más pequeño dentro de él. Revuelva la comida para que se enfríe rápidamente.
Para realizar esta nota pudieron ser utilizadas fuentes de información basadas en inteligencia artificial con la curación y validación de nuestro equipo editorial.