Sabemos que los niños heredan diferentes rasgos físicos, tanto de la mamá como del papá, como cuando decimos ‘mi hijo heredo mis ojos y nariz’. Sin embargo, si hablamos específicamente de la inteligencia la ciencia indica que los hijos la obtienen en mayor medida de los genes de madre.
Así que cuando tu pareja te diga que su hijo ‘heredo su inteligencia’, puedes manifestar la verdad con las pruebas que a continuación te vamos a presentar.
Aunque diversos estudios han abordado este tema durante años, uno de los más populares hoy en día realizado por el psicólogo Robert Lehrke, reveló que la mayoría de la inteligencia de un niño depende del cromosoma X, Y dado que las mujeres poseemos dos cromosomas X (mientras que los hombres solo tienen uno) tenemos más probabilidades de transmitir características relacionadas con la inteligencia.
Si aún no lo puedes creer, está un estudio realizado por la Universidad de Ulm, Alemania. Donde investigadores nos indican que los genes implicados en el daño cerebral especialmente los relacionados con las capacidades cognitivas, se encuentran en el cromosoma X. Según ellos, esto explicaría por qué los hombres sufren hasta un 30% más de problemas cognitivos que las mujeres.
Esto no quiere decir que los genes paternos no ejerzan ningún efecto sobre la inteligencia de tu pequeño. Algunos estudios han demostrado que los genes del padre de encargan del sistema límbico -la parte del cerebro responsable del estado de ánimo y del instinto-. El cual también se encarga de funciones como el sexo, el hambre y la agresividad.
Por su parte, la madre tiene la fortuna de heredar genes que se encargan del córtex cerebral, la parte responsable de las funciones cognitivas, tales como la memoria, el pensamiento, la percepción y el lenguaje.
Cabe destacar que no todo se trata de heredar, también esta condición se desarrolla aún más gracias al entono en el que vive el pequeño. Por ejemplo, investigadores de la Universidad de Minnesota demostraron que los niños que tuvieron un correcto apego emocional con sus madres son capaces de resolver problemas abstractos con 4 años de edad. Mientras que los que no desarrollan esa conexión tardan un año o dos más en resolverlos. Es decir, que el amor y el cariño ayudan a desarrollar la inteligencia. Y más si ese amor proviene de la madre.
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