La revolución sustentable

Moda

La sustentabilidad no es el futuro de la ropa, es el presente. Conoce a las marcas que se unen al compromiso de cuidar al planeta sin dejar de producir diseños de impacto.

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Misha Nonoo fabrica sus colecciones bajo pedido con materiales libres de sustancias químicas.
Gabriela Hearst organizó el primer desfile de moda carbon neutral durante la Semana de la Moda de Nueva York.

Aunque nos duela aceptarlo, la moda es una de las industrias más contaminantes para el planeta. Afortunadamente, cada vez salen al mercado más propuestas conscientes que no abandonan el lujo, como son el caso de la pionera Stella McCartney y la estrella en ascenso Gabriela Hearst. Hasta hace algunos meses, parecía que los gigantes de la moda se estaban quedando atrás en el camino hacia la sustentabilidad, pero una nueva iniciativa promete cambiarlo todo.

Marcas como Chanel, Gucci, Prada, Versace, Armani y Burberry, se aliaron con grandes de fast fashion como H&M y Grupo Inditex para firmar el Fashion Pact el año pasado. El acuerdo, liderado por François-Henri Pinault - director ejecutivo de Grupo Kering -, fue firmado por 32 compañías de moda y busca combatir los gases de efecto invernadero (GEI), instaurar el uso de energía 100% renovable en la manufactura y eliminar completamente el plástico de un sólo uso para el año 2030.

"El Fashion Pact se trata de decir: hemos reconocido los problemas ambientales del siglo XXI y asumimos nuestra responsabilidad a través de la acción colectiva y objetivos comunes". - François-Henri Pinault

Podríamos preguntarnos: ¿Por qué ahora? Pero la realidad es que los esfuerzos para redireccionar la industria hacia un proceso más ecológico y ético comenzaron hace años. Stella McCartney ha predicado y practicado los principios del lujo sostenible desde que fundó su marca en 2001, utilizando piel falsa y trabajando con otras marcas, como Adidas, para desarrollar innovadores tejidos reciclados.


Otro ejemplo es H&M, que ha logrado recolectar 20,649 toneladas de textiles para su reutilización y reciclaje a nivel global. Por su parte, Levi's cambió su proceso de fabricación con el fin de ahorrar agua; encontró más de 20 técnicas de acabado que cumplen con el objetivo y las compartió con otros fabricantes para crear un impacto real. 

Lujo ético

Una iniciativa que se ha vuelto cada vez más común entre nuevos diseñadores es la de slow fashion, que consiste en mantener una producción casi artesanal bajo condiciones éticas y utilizando materiales durables. Misha Nonoo y Gabriela Hearst entran en esta categoría gracias a sus modelos de negocio.

Nonoo llegó spotlight gracias a su decisión fabricar bajo pedido y dejar de vender en tiendas departamentales como una manera de atacar la sobreproducción. Su colección "Easy 8" consiste en ocho piezas atemporales que combinadas forman hasta 22 looks diferentes, el concepto es lograr más comprando menos. Todas sus prendas son fabricadas con materiales libres de sustancias químicas y están diseñadas para durar décadas. 

Entre las fieles seguidoras de su marca se encuentran Emma Watson, Gwyneth Paltrow y su mejor amiga, Meghan Markle.


Hearst ha hecho de la sostenibilidad el centro de su marca desde su lanzamiento en 2015. Su estética hace énfasis en la artesanía, por eso la producción tiene un ritmo lento, ya que trabaja con 600 mujeres en Uruguay que hacen sus diseños a mano utilizando tejidos orgánicos como lino tratado con aloe y lana de su propio rancho. Además, el mes pasado hizo historia al organizar el primer desfile de moda carbon neutral durante la Semana de la Moda de Nueva York, minimizando la huella de carbono al trabajar con la empresa EcoAct.

"Oscar Wilde dijo que 'un pequeño acto de amabilidad es más importante que cualquier gran intención ' y creo en eso. Con la sostenibilidad, no se trata de hablar; se trata de hacer". - Gabriela Hearst


El camino hacia la sustentabilidad no depende únicamente de los fabricantes, los consumidores también somos parte del proceso. Es muy importante empezar a cuestionarnos sobre la procedencia de nuestras prendas, su calidad, el tiempo que las usamos, cuántas veces las lavamos, qué tipo de químicos usamos para hacerlo e incluso qué hacemos con ellas cuando ya no las queremos. 

Más allá de adquirir ropa sustentable para unirnos a una tendencia, la clave es cambiar nuestra mentalidad y el uso que le damos a las prendas. De nosotros depende el consumo responsable y el futuro de nuestro planeta.




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