La moda es un arte pero también un negocio rentable que no ha todos nos favorece, de ahí la expresión de la moda a lo que te acomoda, Fernanda Barbosa mejor conocida como Fefe es diseñadora de modas y mercadóloga de profesión, sin embargo una de sus más grandes pasiones es desarrollar su creatividad de manera consciente y unida al cuidado del medio ambiente a través del diseño de diferentes artículos con materiales reciclados que todos podemos tener en casa y a la mano por nuestro consumo diario.
“Yo como ustedes soy vanidosa y me gusta verme bien y sentirme bonita, pero ¿saben que es lo que me gusta más? sentirme responsable y consciente de que el mundo y la tierra que piso es y será siempre única y bella más que cualquier desfile del Fashion Week”.
A través de este ideal Fernanda decidió emprender un proyecto personal llamado Fefe's Thrift Shop, una tienda de segunda mano donde vende todo tipo de objetos, artículos, prendas elaboradas a partir de materiales reciclados como: macetas, ropa, accesorios, bordados hechos a mano, marcos hechos con tapas de envases de crema, macetas de macramé con tela de algunas playeras, entre otras cosas.
La idea de este proyecto nació por el amor de inculcarle a mi hija de que verse y sentirse bien conlleva una gran responsabilidad con nuestro planeta, es un asunto que no está peleado el uno con el otro, también porque considero que no hay herramientas perfectas, un buen pincel te ayudará a pintar más fácil y además amo la creatividad alocada y sin fronteras, expresó.
Su negocio no solo es de venta también se trata de educación ya que Fefe no se queda con su proceso creativo sino que lo comparte, ella les muestra a quien esté interesado cómo pueden darle vida nuevamente a aquellas prendas usadas o como poder germinar una semilla de mandarina. Su objetivo real es que las personas aprendan a reciclar de una manera muy fácil y divertida explotando su creatividad.
Fefe tiene la firme convicción de que todo lo que consumimos (desde envases hasta ropa o cables para cargar el celular) puede tener diferentes ciclos y nosotros solo vemos el primero, pues nuestro lado creativo está ocupado obedeciendo modas y siguiendo tendencias y por supuesto intentado sobrellevar pandemias, debemos dejar de ver solo lo que está en la vitrina y ver más allá de lo que se está comprando.
Su visión consta de un ciclo de vida de 3 pisos para todo lo que consumimos, incluida la moda; por ejemplo:
Si compramos un abrigo blanco padrísimo básico para él trabajó, el primer ciclo será el uso que le das tal cual lo sacas de tienda, te ves muy bien y lo traes al 100; el segundo ciclo sería el uso con alteración personalizada, ese se da en el momento en que tu abrigo se mancha, se rompe o se desgasta, en este punto muchas personas tirarían el abrigo, sin embargo no lo hagas y mejor saca al diseñador que llevas dentro, toma tus pinturas y dale vida nuevamente, así evitarás que esté tirado en algún basurero contaminando nuestro planeta.
Una vez que plasmaste arte en ese abrigo y te das cuenta que con el paso del tiempo la tela parece estar muriendo pues se ve fea y muy opaca, no todo está perdido aún existe un tercer ciclo, darle un uso totalmente distinto a tu prenda. Aquí es cuando te toca pensar para qué más lo puedo usar, muéstrale esa tercera oportunidad. Corta tu abrigo en tiritas, enlázalo y realiza manteles para el desayuno, convierte tu abrigo en otra parte de tu vida y de algún modo crea un vínculo con tu prenda, comentó.
El cambiar mentalidad de compras es un proceso, no te regañes si de repente ves ese vestido de tus sueños y no puedes parar de imaginarte con el puesto y terminas comprándolo. Pero si comienza a preguntarte: ¿lo necesito? ¿de dónde sacarán la materia prima? ¿quién la hizo?, ¿trabajara en buenas condiciones?. Hay muchos otros cuestionamientos en medio de la producción y venta de moda, pero con estas preguntas tenemos para darnos cuenta de la realidad, la mayoría de la ropa de consumo rápido fast fashion se produce en masa, hablamos de millones de personas usando tú mismo vestido, esas millones de producciones deben ser elaboras por alguien.
“Toma en cuenta que si tu vestido está en seiscientos pesos hagamos una cuenta imaginaria, a esa cantidad quitémosle la ganancia de la empresa, el costo de la materia prima y de logística ¿con cuánto creen que se estaría quedando la costurera? así que ¿en verdad vale la pena comprar ese vestido?”
Mejor lleva el diseño con la costurera de tu zona y dile que te lo haga, ese dinero estará alimentando a una familia, dejemos de comprar marcas y empecemos a comprar productos útiles y gentiles con nuestro medio ambiente, actívate y consume local.
Conoce más de ella y búscala a través de sus redes sociales como:
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