Los diamantes son eternos, pero el modo de llevarlos ha ido cambiando con los años. Las técnicas para pulir y cortar estas piedras preciosas han evolucionado desde la Edad Media, cuando solamente se cortaban y nivelaban las caras exteriores, hasta nuestros días en que las marcas de lujo están revolucionando el mundo de la alta joyería con cortes hechos a la medida e inspirados en su historia.
Aunque hay cortes atemporales, como marquesa, baguette, esmeralda y, por supuesto, brillante, fue en 1919 cuando Marcel Tolkowsky publicó un documento que revolucionaría la industria y sentaría las bases que componen el brillo que hoy nos deslumbra. Para él, las proporciones ideales de un diamante se distribuían en 58 facetas.
Hoy, la tendencia avanza hacia nuevos cortes, con más facetas, claridad y pureza en las piedras. Los llamados proprietary diamond cuts son tallas diseñadas por exclusivas casa de moda, como Dior que, a la par de abrir las puertas de su boutique en la avenida Montaigne, en París, lanzó una pieza icónica: el diamante Le Montaigne, cortado para pesar exactamente 88.88 quilates, en referencia a la fundación de la casa el 8 de octubre de 1946, en el distrito 8 de la Ciudad del amor.
Este camino también ha sido recorrido por Buccellati, cuyo diamante homónimo es un corte cuadrado, de 57 facetas y aristas redondeadas, en reminiscencia del logo de la casa italiana. Chanel es uno más; el año pasado, como parte de la colección inspirada en el icónico No.5, presentó un anillo que emula la tapa de la botella del perfume con un diamante de corte octagonal de 55.55 quilates. Mientras que Chaumet lanzó un diamante emperatriz con 88 facetas, cuyo significado va relacionado con las colmenas, además de que juega con el nombre de la colección Bee My Love, que ha sido bien recibido por los amantes de la marca. Lo mismo pasa con Louis Vuitton que ha reinventado su monograma en dos diamantes, uno conocido como Estrella y el otro como Flor.
Brillo de estrella
Los pendientes Vega, coronados con un diamante de corte Buccellati, incluyen un total de 154 diamantes.
Emblema
Este anillo doble está engarzado con diamantes modelados en inspiración al monograma de LV.
Ícono
El diamante de corte octagonal, de 5.21 quilates, emula a la perfección la tapa del icónico No. 5.
Memoria
Esta pieza de la colección No. 5 high jewellery evoca la caída del perfume por el cuello, entre destellos de diamantes blancos.
Inspiración
La luz se derrama a través de esta combinación de diamantes que reinterpreta el sensual elíxir No.5 de la casa Chanel.
Excepcional
El diamante corte Estrella, inspirado en el monograma de Louis Vuitton, luce al centro de estos aretes en la forma de flor que ha identificado a la casa.
Lujo imperial
El solitario Bee My Love de Chaumet está coronado por un diamante de 88 caras en corte emperatriz.
Esencia Chanel
En oro rosa y platino, con un diamante en forma de pera y otro redondo, de color blanco en grado D.
Destellos que se expanden
Cual si fuera el punto clave de aplicación de una gota de Chanel No. 5, esta pieza se esparce entre diamantes de más de 13 quilates.