La ropa de invierno requiere mayor atención por su variedad y complejidad de materiales y texturas, además que después de estar almacenada por una temporada, debemos cuidarla para que luzca hermosa y dure más. Por eso te compartimos algunos tips de lavado y cuidados.
Terciopelo
El terciopelo es uno de los tejidos utilizados en invierno que es de pelo corto. Se caracteriza por su suavidad y densidad, además de ser sedoso y puede obtenerse de cualquier tipo de fibra natural: lana, seda, algodón o lino. En la actualidad también lo encontramos de fibras sintéticas como acetato, poliéster o nylon.
Con este material hay que leer siempre las etiquetas de lavado, ya que algunas prendas pueden lavarse en lavadora y otras no, generalmente es recomendable lavarlo en seco, aunque en la etiqueta diga que se puede lavar en máquina, esto ayudará a que tu prenda dure más tiempo .
Es importante saber que no se puede planchar el terciopelo, ya que la plancha clásica podría dañarlo, lo adecuado para eliminar arrugas es utilizar un vaporizador sobre la prenda dada la vuelta. Hoy en día ya encuentras estos vaporizadores en el mercado por precios accesibles.
Si tu terciopelo se llega a manchar, puedes utilizar una esponja ligeramente húmeda o con unas gotas de alcohol y tallar cuidadosamente donde se encuentra la mancha. Si fuese de grasa y la has detectado rápido, puedes usar polvos de talco que absorberán la mancha por completo.
Lo más seguro para que la prenda de terciopelo se mantenga en óptimas condiciones es llevarla a un lavado en seco y que no sea planchada con una superficie de metal. Recuerda que estas prendas suelen ser enemigas del agua, por lo que es aconsejable evitar el contacto directo.
Cachemira
Esta fibra es una de las más valoradas y exclusivas del mundo, es suave, ligera y calientita. Sin duda, es una de las consentidas de la temporada. Es un material delicado, por lo que se recomienda lavarlo con agua fría, que no supere los 20 ºC y sin usar suavizantes.
Para un secado ideal, extiéndelo sobre una toalla, no lo cuelgues, ya que corre el riesgo de deformarse, no uses ganchos, pues por su propio peso puede perder la forma. Una buena manera de doblarlo es siguiendo la conocida técnica de Marie Kondo, pero antes de guardar asegúrate de que la prenda esté bien seca, ya que las polillas adoran la cachemira, y métela en una bolsa cerrada.
Lana
La lana es una fibra animal gruesa, flexible y elástica que retiene el calor muy bien, este tejido funciona como aislante gracias a su capacidad para mantener el calor que desprendemos y prácticamente no se arruga, ya que vuelve a su forma inicial gracias a su gran elasticidad.
Algo que debemos recordar es que para conservarla, debemos lavarla lo menos posible, pues este tipo de material se desgata con facilidad. Por ello te aconsejamos que con prendas como los jerséis, hay que usar debajo una camiseta fina que evite el contacto directo con la piel y prevenir así que pueda absorber restos de aceites, sudor, desodorantes o cualquier otra cosa que tengamos en la piel, así evitamos el lavado constante.
Para lavarla, recuerda no usar temperaturas elevadas, ni productos a base de cloro; mientras que el agua no debe sobrepasar los 30 ºC.
Es importante que nunca metas la lana a la secadora, para secarla es mejor hacerlo en posición horizontal para que la tela vuelva a su posición original, así evitarás que dé de sí.
Cuero
El cuero es un material muy utilizado en invierno, aunque no es muy caliente se recurre a forros. Es usado en prendas como chaquetas, cazadoras, faldas o pantalones, ya que está entre los favoritos por ser sofisticado y elegante, pero puede agrietarse con cierta facilidad. Para evitarlo y alargar su vida útil tenemos que cuidar bien las prendas.
Si requiere lavarse, debes hacerlo a mano, con cuidado, con agua tibia y un jabón suave. Es importante antes, intentar quitar las manchas que pueda tener con un paño húmedo o un limpiador especial para cuero que encuentras en el mercado; tienes que tener en cuenta que el material del utensilio que uses para frotar con cuidado no sea dañino para el material o podrías acabar rayando el cuero. Recuerda que también existen establecimientos profesionales que te pueden ayudar con tus prendas especiales.
Prendas de piel o pelo sintético
El material sintético en contacto con el agua o la humedad tiende a dañarse y, en exceso, incluso puede empezar a generar moho. Si en días de lluvia la prenda se moja, al llegar a tu casa no olvides retirar todo el exceso de humedad con un paño, tratando de extraer lo más que se pueda. Además, cuelga la prenda en un gancho para que le dé el aire y no guarde humedad, no es recomendable secar en toalla porque puede apestarse.
Si tu prenda se llega a mojar o se ensucia en exceso, lava a mano con agua y jabón, sacúdela fuertemente y después cuélgala hasta que seque por completo. No la expongas directo al sol.
Prendas con plumas
Cuando se limpia una prenda rellena de plumas, el material interior comienza a desgastarse, por ello es recomendable que las prendas de este tipo de relleno, incluso las de cama como almohadas, se laven dos veces por año o al terminar la época de frío.
La mejor manera de lavar estas prendas y conservarlas es hacerlo en lavadoras de agua y secarlas en secadora. Una vez que salen del ciclo de secado se deben colgar, para que se ventilen y enfríen y luego revisar que hayan perdido completamente la humedad. Si aún no lo hacen, el proceso de secado debe repetirse, para evitar que se genere mal olor o incluso hongos.
Lo ideal es limpiar solo las zonas más sucias con un cepillo de cerdas suaves y alguna espuma quitamanchas antes de lavar, sin embargo hay quienes afirman que se debe lavar en seco. Someter la prenda reiteradamente a este proceso, puede dañar la pluma, haciéndola rígida y amarilla.
Debemos consentir a nuestras prendas, para que nos duren más tiempo como nuevas y recordemos que también existen las tintorerías y lavanderías para ayudarnos con piezas especiales o muy grandes.
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