Luego del estreno de La noche del demonio: La puerta roja y el exitoso lanzamiento de la cinta Háblame de A24, llegó a los cines, una película de terror que promete espantar a todos sus espectadores con una producción de horror basada en un gran clásico de la literatura de Edgar Allan Poe.
Toc Toc Toc: El sonido del mal
Es una cinta protagonizada por Woody Norman, Lizzy Caplan y Antony Starr en la que se narra la historia de Peter, un niño de ocho años cuya curiosidad despierta cuando comienza a escuchar golpes que provienen de las paredes de su casa.
Intrigado por los inusuales ruidos, el infante comenta lo sucedido a sus padres, pero estos no le prestan atención, señalando que debe ser su imaginación lo que no lo deja dormir por las noches.
A lo largo de la película, Peter es acechado por los extraños golpes y pronto descubre que sus padres le esconden un secreto terrible dentro de su propio hogar. Con un guion escrito por Chris Thomas Devlin, este nuevo largometraje de Lionsgate retoma la base del cuento El corazón delator de Edgar Allan Poe.
Considerado uno de sus cuentos más interesantes por su contraste entre la falta de detalles de los personajes y su narración exacta de un crimen, este pequeño relato comparte algunas similitudes con la cinta.
Reparto
Esta cinta es protagonizada por Antony Starr, Lizzy Caplan y Cleopatra Coleman. Pero también aparece el joven actor Woody Norman, Debora Zhecheva. Cabe destacar que la película es el debut como director de Samuel Bondin.
Opinión del público
Con un estilo muy parecido a El conjuro y Hereditary, Toc Toc Toc: el sonido del mal da una primera impresión de tener todo lo necesario para convertirse en una de las mejores propuestas del año, sin embargo, los tres actos de los que parece estar compuesta esta historia terminan ofreciendo un producto divertido y terrorífico, pero que no termina de convencer con su desenlace. Si bien ofrece situaciones genuinamente impactantes y de lo más espantosas, otras parecen bastante contradictorias, que termina ofreciendo las mismas situaciones clásicas de clichés del terror.
Aunque la estética al estilo de las películas de Laurie Strode y Michael Myers es bastante cuidada, el guion de Chris Thomas Devlin nunca termina desarrollando varios momentos de la trama, simplemente plantea situaciones a las que jamás vuelve, lo que le quita cierto encanto.
En los primeros dos actos del largometraje, el director juega con la idea de una familia disfuncional que tiene horribles habilidades de crianza y te obliga a mantenerte expectante y ver cómo el pequeño de 8 años podrá liberarse de la situación. Y con lo antes mencionado, no logramos tener claro si los padres son villanos o un simple matrimonio que no sabe cómo comunicar el amor que sienten por su hijo.