Etiquetada en múltiples idiomas, vendida en casi todos los países y puesta en las mesas de los restaurantes de todo el mundo, Tabasco es sin duda la salsa embotellada más famosa del mundo.
Antes de la Guerra Civil, Edmund McIlhenny era un banquero de Nueva Orleans. A mediados de la década de 1860, comenzó a hacer salsa con un tipo particular de chile de su jardín personal en Avery Island en Louisiana. Comenzó a embotellarlo y lo llamó Tabasco. El resto, como ellos dicen, es historia.
Probablemente sea seguro suponer que McIlhenny esperaba que la gente la utilizara en ciertos alimentos y la mezclara en sus platillos, pero probablemente nunca soñó que los consumidores encontrarían tantas formas de usar el picante condimento.
Si solo usas Tabasco en tacos, huevos revueltos o papas, realmente te has estado perdiendo de grandes experiencias. Aprende algunos usos increíblemente únicos para la salsa picante, tanto comestibles como prácticos.
Gran condimento
Agrega Tabasco a la mayonesa, mostaza, ketchup o cualquier otro condimento que disfrutes para obtener una salsa única que le dará un toque especial a las hamburguesas, las papas fritas, la ensalada de papas o cualquier otra cosa a la que puedas hincarle el diente.
Hay varias recetas para los combos de condimentos, definitivamente puedes adaptarlos a tu gusto.
Palomitas diferentes
Si te has aburrido de las típicas palomitas de maíz con mantequilla y sal, no olvides que hay muchos otros sabores que puedes disfrutar. Antes de verter las palomitas de maíz recién hechas en un tazón, espolvorea un poco de salsa Tabasco en la bolsa, ciérrala y agítala bien. También es posible que quieras tomar una bebida antes de sentarte, porque la vas a necesitar.
Ingrediente extra
Oh pizza, ¿cómo te amamos? Contemos las formas... y agreguemos una más, porque una pizca (o varias) de tabasco en la salsa resulta en una rebanada de pastel tentadoramente picante.
Pero la salsa también puede ser un ingrediente extra a la hora de preparar tu pizza, y tenemos la receta per-fec-ta.
Ingredientes:
Para la salsa de miel picante:
60 ml de miel pura o fermentada
30 ml de Salsa TABASCO®
10 ml de salsa de soya
Para la pizza:
2 L de aceite de canola o aceite de girasol
90 gr de queso mozzarella fresco rallado
60 gr de queso ricotta rallado
40 gr de queso asiago rallado
1 pizca de sal
300 gr de masa para pizza
80 gr de queso pecorino rallado
Preparación:
Salsa de miel picante:
1. En un bowl pequeño, mezclar 60 ml de miel (mientras más pura, mejor) con 30 ml de TABASCO® y 10 ml de soya.
2. Mezclar por unos segundos con una cuchara.
Pizza:
1. Llenar una olla de hierro fundido con suficiente aceite para freír y precalentar el horno a 370°F.
2. En un bowl, mezclar 90 gr de queso mozzarella rallado, 60 gr de ricotta rallado y 40 gr de queso asiago rallado.
3. Sazonar la mezcla de quesos con una pizca de sal y una cucharada de miel. Dividir la mezcla en dos porciones y dejar a un lado.
4. Estirar la masa para pizza (a mano o con rodillo de cocina) hasta formar un círculo de 30 cm de diámetro.
5. Cubrir una mitad del círculo de la masa con la mezcla de tres quesos.
6. Doblar el círculo por la mitad y pellizcar firmemente los bordes hasta que la masa quede pegada, orilla con orilla.
7. Una vez que logre una forma de media luna, freir la pizza de 7 a 8 minutos, hasta que cambie de color a dorado.
8. Remover la pizza del aceite y dejarla escurrir sobre una rejilla.
9. Rociar la miel picante sobre la pizza.
10. Espolvorear la pizza con queso pecorino rallado y ¡a disfrutar!
¿La prepararías?