La historia de éxito de Dulce Rojo, 12 años endulzando el paladar

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Con 27 sucursales, innovación en sabores y un equipo comprometido, la pastelería se ha consolidado como una marca líder, destacando por su calidad, expansión controlada y compromiso con el empoderamiento femenino.

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Dulce Rojo: 12 años de sabor y éxito en la repostería mexicana (Edgar Segura)

Dulce Rojo, la pastelería que ha conquistado el paladar de los mexiquenses, celebra en marzo de este año su décimo segundo aniversario. Fundada en 2013 como parte del Grupo Mi Gusto Es, la marca nació con el objetivo de ofrecer postres de alta calidad. La idea surgió al notar la necesidad de ofertar postres en el restaurante, lo que motivó a los socios Edgardo Estrada, Gabriela Rodríguez, Maricela Valverde y Humberto Herrera a desarrollar una nueva unidad de negocio.

“Cuando descubrimos que los postres eran del agrado de las personas, nos dimos a la tarea de masificar el concepto”, comenta Herrera. Sin embargo, no fue hasta 2013 que Dulce Rojo se consolidó formalmente.

El nombre de la pastelería tiene un significado especial. Según los fundadores, este fue elegido en colaboración con Rosemary Martínez, quien diseñó la identidad de la marca. “Queríamos un nombre que evocara dulzura, pero también pasión y atracción”, explica Gabriela Rodríguez. El rojo simboliza seducción y atracción, mientras que el blanco representa pureza, una combinación que refleja la esencia de sus productos: irresistibles y aptos para todos los miembros de la familia.

A lo largo de los años, Dulce Rojo ha crecido significativamente. (Edgar Segura)

Además, Dulce Rojo se distingue por su innovación constante en sabores, ofreciendo opciones particulares que no pueden encontrarse en otras pastelerías. El camino al éxito no ha sido fácil: el equipo fundador explica que una pastelería requiere un proceso de acreditación más prolongado que otros negocios gastronómicos. Durante los primeros cinco o seis años, la marca se sostuvo con el respaldo de Mi Gusto Es hasta que logró generar un retorno de inversión. Con esfuerzo y dedicación, Dulce Rojo ha logrado posicionarse como una de las marcas más relevantes, con 27 sucursales y presencia en Toluca, Metepec, Santiago Tianguistenco, Atlacomulco, Ixtlahuaca, Calimaya, Zinacantepec, Capulhuac y Lerma.

El desarrollo de nuevos sabores es un proceso interno llevado a cabo por un equipo especializado que analiza tendencias y ajusta constantemente el catálogo de productos. “No queremos caer en la monotonía, por eso cada temporada buscamos innovar con nuevos ingredientes y combinaciones inesperadas”, comenta Maricela Valverde.

Recientemente, la marca ha lanzado su línea gourmet en sucursales seleccionadas, una propuesta que busca atender paladares más exigentes con ingredientes de la más alta calidad. “Sabemos que el consumidor aprecia la calidad y está dispuesto a pagar por ella cuando realmente se nota la diferencia”, agrega Gabriela Rodríguez. 

Uno de los sellos distintivos de Dulce Rojo es su constante búsqueda de nuevos sabores y combinaciones. (Edgar Segura)

La expansión de Dulce Rojo ha sido impulsada en gran parte por la demanda del público. La primera sucursal en Avenida Tecnológico tuvo una gran aceptación, lo que llevó a la marca a abrir nuevas unidades en municipios como Calimaya, Ixtlahuaca, Atlacomulco y Santiago Tianguistenco. “Cada apertura ha sido un reto, porque queremos asegurarnos de que la calidad y la experiencia del cliente sean las mismas en todas nuestras sucursales”, explica Gabriela Rodríguez. 

El equipo fundador destaca que el éxito de la marca radica en el trabajo en equipo. Cada uno de los socios tiene un rol definido: Maricela Valverde se encarga de logística y compras; Humberto Herrera supervisa el centro de producción y operaciones; Edgardo Estrada maneja las finanzas y sistemas, mientras que Gabriela Rodríguez lidera recursos humanos y mercadotecnia. 

Sus socios han optado por un crecimiento controlado, priorizando la calidad. (Edgar Segura)
“Es fundamental que cada quien tenga claridad en sus responsabilidades; así podemos especializarnos y hacer que, no solo la marca, sino el grupo funcione de manera eficiente”, menciona Rodríguez. 

Esta división de responsabilidades ha permitido que cada quien se enfoque en su área, logrando un crecimiento sólido y estructurado.

Con miras al futuro, Dulce Rojo tiene planes de continuar su expansión en el Estado de México y, eventualmente, en otras regiones del país. Sin embargo, los socios enfatizan la importancia de un crecimiento controlado para mantener la calidad de sus productos y ubicaciones estratégicas.

“Para mí, la marca todavía tiene áreas de expansión por explorar en el Estado de México. Por supuesto que queremos llegar a otros lados; sin embargo, hemos sido cautelosos en hacerlo poco a poco”, enfatiza Humberto Herrera.
Dulce Rojo se distingue por su impacto social. El 70% de sus colaboradores son mujeres. (Edgar Segura)

“Queremos agradecer a todos los que han sido parte de esta historia y seguir compartiendo nuestra pasión por la repostería”, dice Maricela Valverde.

Además, Dulce Rojo se enorgullece de su compromiso con el empoderamiento femenino: el 70 % de sus casi 100 colaboradores son mujeres, a quienes se les brinda oportunidades laborales con horarios flexibles y posibilidades de crecimiento.

“Creemos en el talento de nuestro equipo y queremos seguir brindando espacios para su desarrollo”, concluye Gabriela Rodríguez.

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