Por Ramón Rivera
Los mexicanos consumen más de seis litros de cerveza al mes, cantidad que se incrementa durante la primavera y el verano, de acuerdo con la Cámara de la Cerveza, pero al paro de actividades por la emergencia sanitaria provocada por el covid-19, sumado a las restricciones de la venta de esta bebida en distintas alcaldías y municipios del país, está generando un daño adicional a la economía de miles de personas.
Y es que la escasez de cerveza afecta a cientos de miles de pequeños comercios, ya que las ventas de esta bebida representan de un 30 a un 40% de sus ingresos, los cuales se incrementan hasta casi el 50% si se suman los productos periféricos (como botanas y refrescos), asegura la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes.
La ANPEC destaca que la mayoría de los pequeños comercios están conformados por familias de las que dependen otras inmediatas (padres, hijos, yernos, nietos) por lo que, al suspender el sustento proveniente de estos negocios, el impacto no solo se limita al responsable del comercio, sino a todos los dependientes de él.
Pero el valor de la cerveza no solo radica en la comercialización, ya que la actividad cervecera nacional impacta en toda una cadena de valor, desde agricultores, transportistas e industriales, hasta los puntos de venta: un informe del Instituto Nacional de la Economía Social, señala que México ocupa el cuarto lugar en producción y el primero a nivel mundial en exportación, lo que genera un beneficio para la economía social.
A su vez, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural facilita el proceso de contratación comercial, sin subsidios, de la cebada maltera y forrajera producida en 17 entidades de la República Mexicana, lo cual representa un volumen aproximado de 400 mil toneladas y un valor anual de la cosecha cercano a los dos mil millones de pesos, lo que beneficia a más de cinco mil familias productoras y permite la generación de más de 55 mil empleos directos y más de 580 mil indirectos.
En prácticamente todo el mundo, la industria cervecera ha mantenido su operación, mientras que, en México, donde opera con los más altos estándares de seguridad e higiene, no ha sido así.