Con la llegada de los españoles a México, el cacao dejó de ser la moneda de cambio principal y nuevas monedas se instauraron, transformando la dinámica económica de la región.
Según el historiador Pedro Damián Cano, en su artículo Un Expediente Sobre la Labra de Moneda de Oro en México en el Archivo General de Indias, ya en 1521 los españoles habían establecido en Coyoacán un taller de fundición de monedas, produciendo más de cien mil castellanos, una moneda de oro acuñada en España desde el siglo XIV.
¿Cómo es la Moneda Carlos y Juana?
Entre las primeras monedas que circularon en México estaban los pesos de oro de Tepuzque, que no tenían un valor uniforme, ya que variaban según su peso y ley. Fue hasta 1536 que se estableció su paridad con los maravedíes, una unidad de cuenta usada en España entre los siglos XII y XIX. También se utilizaron monedas conocidas como águilas de Moctezuma o cuauhtli, reservadas solo para pagos de gran importancia.
En 1535, la Corona Española emitió una Real Cédula que fundó la Real Casa de Moneda de México, la primera en el país y en América. Este fue el primer lugar donde se acuñaron y comercializaron monedas y medallas, distribuyéndose por todo el territorio.
Para hacer cumplir esta cédula, el virrey Antonio de Mendoza acuñó las primeras monedas propias de México, conocidas como Carlos y Juana, en honor a la reina Juana I de Castilla y al rey Carlos I de España, convirtiéndose así en las primeras monedas de México y de América.
Monedas Carlos y Juana: Un Tesoro Escaso
Estas monedas, elaboradas en plata con denominaciones de ¼, ½, 1, 2 y 3 reales, eran marcadas con puntos para facilitar su entendimiento por los indígenas. Las monedas de Carlos y Juana se produjeron en dos series: Primera Serie entre 1536-1542, que contenía tipografía y elementos góticos, sin diseño de ondas en la parte inferior, conocidas como sin agua.
Las monedas Carlos y Juana no solo tienen un valor histórico inestimable, sino que también poseen un alto valor económico en la actualidad, como la del Real de Plata de Carlos y Juana, acuñadas entre 1548 y 1556.
Aunque en plataformas como Mercado Libre puedes encontrar estas monedas a precios arriba de los 4 mil pesos, el verdadero valor puede obtenerse encontrando al coleccionista perfecto.
Teniendo en cuenta su antigüedad, es muy complejo conseguir una de esas piezas en el mercado de la numismática, aunque algunos ejemplares fueron catalogados y se ofrecen en plataformas de subastas, como una moneda de 3 reales, que puede valer entre 9 mil y 12 mil dólares.
Mientras tanto, las monedas de 8 reales de 1538, que se subastaron en 2006 y 2008, alcanzaron precios de 300 mil y 400 mil dólares, mientras que en 2014 pagaron 500 mil dólares. En la actualidad, debido a su enorme valor histórico para la numismática, esta moneda puede llegar a valer 1 millón de dólares.
Los conocedores de este tipo de tesoros antiguos están dispuestos a pagar sumas mucho más altas debido a la rareza y el valor histórico de estas monedas, así que si tienes la suerte de poseer una moneda de Carlos y Juana, podrías estar sentado sobre una verdadera mina de oro.
Con su rica historia y su escasez,estas monedas no solo son un recordatorio tangible del pasado, sino que también representan una oportunidad para una fortuna significativa si encuentras el comprador adecuado.
Mira este video sobre qué fue de Jorge Gil y su relación con Paco Stanley: