POR ARQ. JOSÉ JUAN GARZA
Tras la búsqueda de unir el pasado con el presente mediante la definición de una experiencia arquitectónica y gastronómica llega Restaurante Ixi’im, un espacio que comprende la restauración y reutilización del patrimonio cultural de una antigua hacienda henequenera en Chocholá, Yucatán.
El proyecto arquitectónico fue diseñado como un esfuerzo conjunto entre varias firmas que incluye a Central de Proyectos SCP, Jorge Bolio Arquitectura, Mauricio Gallegos Arquitectos y Lavalle / Peniche Arquitectos, quienes centraron la propuesta de diseño en la reutilización de la antigua casa de máquinas de la hacienda, la cual estuvo en intensa producción durante la mitad del siglo XIX para después caer en un notorio desuso durante el siglo siguiente.
La casa de máquinas es una de varias estructuras independientes del conjunto que de manera integral definen el espacio público. El eje norte-sur establece la conexión desde el casco principal de la hacienda con otros predios y asentamientos de la zona. Conforme a lo anterior, el restaurante es una forma de crear una pausa en esa ruta que funcione como un espacio de transición o un área de descanso.
El concepto general de diseño se basa en crear una referencia clara a la actividad original y a sus elementos industriales. El programa se concreta por medio de un gran cerramiento metálico que evidencia las preexistencias de la hacienda y exhibe la nueva intervención.
Funciona como un sistema estructural y libera la carga de los muros existentes, lo que permite tener una nueva dinámica interior, de la misma forma, la intervención utiliza como estrategia capturar la luz natural de manera indirecta, pero aislando térmicamente el espacio interior.
La paleta de materiales se basó en el uso de maderas, metal, piedras naturales y vidrio, donde se respetaron las tonalidades de la piedra existente y en su mayoría se empleó la madera y el vidrio como elementos unificadores. Por otra parte, las piedras naturales como el mármol y el granito se emplearon en mobiliario fijo como la barra o en algunas mesas.
En el interior, como elemento integrador de las épocas, también se colocaron sogas de henequén suspendidas, que además tienen la función de cumplir con una necesidad acústica. También la secuencia y la organización de los espacios permite visualizar diferentes momentos históricos que finalizan en la adición más actual, cuya intención es cerrar un ciclo y expresar el más profundo respeto mediante la integración física y visual con la plaza y con la hacienda.