Los restaurantes de padres e hijos en los últimos años se han convertido en una tendencia en Beijing hasta convertirse en un nuevo tipo de experiencia de restaurante en sí mismo. Muchos lugares han incluido dentro de sus espacios áreas de juegos que crean ambientes específicamente destinados a establecer una conexión familiar.
Este proyecto nace de la colaboración de Golucci International, mediante Golucci Interior Architects, quienes ya tienen experiencia en establecimientos de este tipo con una marca local llamada Vitaland, por lo que se creó Vitaland Kid Restaurant.
La propuesta de interiorismo abarca una extensión de 500 m² y tiene el objetivo de plantear un nuevo recinto gastronómico que se enfoca en padres que apetecen tener una comida tranquila, pero que al mismo tiempo quieren mantener un ojo en sus hijos. El concepto se basa en una casa del árbol, el cual se visualiza de manera sutil a través de todo el sitio. Las pequeñas casas se esparcieron para crear diferentes experiencias específicas para los niños, definiendo una estructura semicircular con área de comedor, mientras que los ambientes se conectan entre sí.
Del lado izquierdo de la planta se ubica el recibidor del comedor principal. El espacio blanco combina perfectamente con las luminarias circulares que flotan desde el plafón, mientras que la zona media del corredor principal se diseñó con puertas plegadizas que se pueden usar cuando se desee dividir el gran ámbito en dos áreas independientes.
Justo al lado derecho del comedor se ubica una estructura en forma de cabaña que separa de manera evidente el área de juegos para niños y el comedor. Vale la pena destacar que la mayoría de las zonas para juegos son codiciadas por niños y adultos por igual.
Al final del salón, se ubica el lugar más interesante de todo el local: las cabinas revestidas de ventanas de colores. El color del vidrio no solo identifica el espacio por sí mismo, sino que refleja la imagen de la marca. De esta manera, la cabina del nivel inferior es un pequeño comedor privado infantil, donde el interior tiene una altura libre de 1.5 m para brindar una experiencia personalizada a los niños.
El diseño de este restaurante no sigue la tendencia de una propuesta exagerada o sobre sofisticada, sino que sigue un estilo fresco y neutral donde se puede disfrutar del sitio más allá de ser un lugar fotogénico. En este lugar, el diseñador fija su perspectiva en la naturaleza de los niños, donde los rincones pueden ser escalados y explorados sin importar el color.