Más que diseño es un propósito, es por esto que Andrés Sevilla, Maribel Ordoñez, Elvira Sevilla y María Ballesteros, las mentes creativas detrás de Nuju, decidieron hacer conciencia con el aprovechamiento de la pedacería de madera e incursionaron en la creación de juguetes y el mercado para niños en 2014.
Al ser de madera, las piezas de Nuju son duraderas, generan pertenencia, y si ya no las quieres las puedes enterrar gracias a que son totalmente biodegradables. Los productos se entregan en bolsas de tela e incluyen semillas de árbol para enfatizar su origen.
Esta firma crea sus diseños en conjunto con carpinteros bajo un proceso de investigación, a prueba y error para entender el comportamiento de la madera. Tienen un acabado natural y se trabajan por ensamble, sin rastro de clavos, tornillos o químicos.
Aunque es un proceso tardado, afirman vale la pena. Para este equipo creativo es importante la retroalimentación de sus piezas y el saber que cumplen con el propósito de la marca, por ello desde su inicio se reúnen con De Cero A Tres, una fundación que realiza estimulación temprana a niños de escasos recursos.
Nuju busca ser parte del proceso sensorial de los niños, sus juguetes hacen que este proponga el juego y al ser muy sencillos incrementan la imaginación.
Especialistas en la educación han encontrado beneficios en sus productos, por ejemplo, los rompecabezas ayudan a la motricidad fina y los caballitos a la concepción del espacio y equilibrio.
Este cuarteto ha llegado lejos en tan sólo cinco años, sus piezas se encuentran en la plataforma de Amazon México, además recientemente abrieron su concept store en la capital del país.