La residencia West Village consiste en la renovación de un apartamento construido antes de la guerra en Morton St., Nueva York. El diseño preserva el carácter original y funcional del espacio, revelando la personalidad que se ha perdido a través del tiempo y sus incontables intervenciones.
Realizada por la firma Light on White, con sede en Miami, Londres y París, el inmueble tiene un diseño que busca ser atemporal y marcar un estándar mediante un balance sutil entre lo funcional y lo estético, imprimiendo una personalidad distintiva y una atención meticulosa al detalle a través de sus 37 m².
La propuesta para este espacio se inspira en la cultura y la naturaleza de su ubicación, y la funcionalidad y la estética contemporánea son sus dos pilares, por lo que la base fue exhibir el apartamento al natural, eliminando los acabados superficiales y optando por el ladrillo expuesto. En la misma sintonía, los plafones se retiraron a favor de crear amplitud y altura.
Negro, blanco y taupe son la base de la paleta de colores, los cuales establecen una dirección clara para un diseño interior atemporal. Por otra parte, debido a las limitantes del espacio, se instalaron puertas corredizas y closets empotrados con el objetivo de maximizar los diferentes ambientes. Estos pequeños cambios permitieron lograron transformar completamente el interior.
En la sala, el piso de madera oscura configurado en forma de galón o “V” provoca un contraste exquisito con los muros expuestos de ladrillo pintados de blanco. Asimismo, en el diseño de la cocina los acabados constan de una madera gris cálida que envuelve a la habitación, mientras que una isla revestida de mármol gris oscuro se presenta como pieza central. Y en el baño, la combinación del mármol blanco Calacatta Oro junto con la grifería negra transmite de inmediato una experiencia de lujo.
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