1. Agrega frescura con tonos neutros y algunos toques fríos. El mejor consejo para que tu espacio se vea actualizado sin invertir mucho es que estos colores predominen y agregues accesorios coloridos, estos serán tus mejores aliados para dar otra ambientación. Para lograrlo basta con que integres jarrones, macetas, cortinas, cojines, entre otros. De esta manera, tus habitaciones transmitirán una sensación de frescura, higiene y modernidad.
2. Utiliza elementos orgánicos y fibras naturales como el algodón y el lino que, además de aportar frescura, son agradables al tacto, especialmente en épocas de calor. Hoy en día las fibras naturales están de regreso en la decoración y existe una gran variedad, apuesta por las mexicanas como la fibra de sisal, palma de petate, bejuco, henequén, entre otras.
3. Para sentirte cómoda en tu propio espacio decora con objetos que transmitan calidez. Elige piezas en madera, barro, arcilla o piel que, además de ser acogedores, aportarán un toque más distinguido.
4. No le temas a la vegetación. Las plantas requieren atención, pero tienen grandes beneficios para el estado de ánimo: regulan la sensación térmica, aportan oxígeno y, sobre todo, hacen que un espacio siempre se sienta real. Dale vida a cada una de tus áreas integrándolas, notarás la diferencia.
5. Adopta elementos que compartan un mismo look and feeling. Si tu inspiración es rústica mantente esa línea en todas tus habitaciones, no habrá falla alguna, pero, para no exagerar, genera emociones a través de las líneas de diseño. Para conseguirlo, basta con tornear contra cortes muy precisos, texturas ásperas contra muy finas y poco porosas para distinguir una habitación entre otra.
Cuando logras incorporar las texturas y los acabados de una forma que fluyan entre sí y sean armoniosos, estarás generando un ambiente provechoso, puesto que se sentirán más agradables.
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