"Un elegante bar conceptual y un espacio para cenas de lujo" es como se auto nombra Buha | i | rest, y ciertamente no podría describirse de otra manera, pues este espacio ultramoderno yuxtapuesto se ha convertido en el nuevo it place gastronómico que recientemente ha llegado a Budapest, Hungría.
La conceptualización del proyecto estuvo a cargo de Roman Plyus quien trabajó en conjunto con la consultora de arte Angelica Chernenko; el diseñador ruso creó un diálogo entre el diseño vintage y el moderno de manera armónica para que pudiera existir en un solo espacio.
Esta combinación de tiempos nace debido a que el restaurante se ubica en un edificio del siglo XX en donde se encontraba una antigua fábrica de textiles para el hogar, por lo que el diseño se integró en torno a esta historia.
Para la intervención del inmueble se trató de preservar y restaurar muchos de los elementos originales como la fachada, los enormes arcos, el techo de hormigón y las baldosas del piso. Además se utilizaron azulejos vidriados a mano, yeso decorativo color terracota y mármol para la pared y la barra. De alguna manera se busca conservar su apariencia, o al menos parte de su esencia.
Buha | i | rest está lleno de elementos que son descubiertos por el usuario durante su estancia, algunos son casi imperceptibles pero sin ellos la composición del diseño fuera otra. Los pequeños detalles se encuentran en los bancos, los cuales tienen cojines de cuero color arcilla, además de los menús y posavasos que están hechos de papel y plástico reciclado.
Para lograr su estética moderna se utilizó mobiliario de marcas como Menu Spaces y Moooi, mientras que el efecto vintage se debe a las sillas del siglo XX como las Pierre Jeanneret y las Hans Wegner.
Sin embargo la sorpresa del espacio es la enorme escultura de "Small Lie", la icónica pieza del destacado artista estadounidense KAWS, la cual fue hecha a mano por artesanos locales y que se encuentra en el vestíbulo con la intención de animar a los comensales a fotografiarse y subirlas a sus redes sociales.
La paleta de colores se centra en el rosa en sus distintas tonalidades, desde uno suave hasta un tono más intenso y opaco como es el magenta que provoca una sensación dramática muy instagrameable y un ambiente agradable.
Esta atmósfera cálida y cómoda es también gracias a su iluminación, la cual se utilizó para crear áreas íntimas con luz menor para que los comensales puedan sentir una mayor privacidad, en algunas otras se pensó que fuera más abundante para las reuniones de negocios o juntas empresariales. De esta manera se divide el espacio en un bar y un salón más íntimo para atender las distintas necesidades de los comensales.